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Noam Chomsky analiza los medios y la izquierda, habla de la nueva América Latina y del movimiento Occupy

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"El desarrollo comunitario y la creación de empresas cooperativas gestionadas por sus trabajadores son avances revolucionarios"

Noam Chomsky sabe incomodar. Nació en Estados Unidos y es un persistente crítico de su gobierno y su sociedad. Fue criado en el seno de una familia judía exiliada de Ucrania pero eso no le impide cuestionar ciertas políticas del Estado de Israel. Precisamente por su espíritu insurrecto y sus agudos comentarios es considerado uno de los intelectuales más influyentes en el mundo contemporáneo.
Su apellido resonó por primera vez con fuerza hace 55 años cuando en su curriculum sólo se destacaban sus estudios en Lingüística. Su libro Estructuras sintácticas marcó un hito en la materia y sus contribuciones incluso inspiraron aplicaciones en la Informática y la Medicina. Desde entonces, su fama se fue incrementando a la par que su curiosidad lo llevó a incursionar en otras disciplinas. Hoy, con 83 años, más conocido como filósofo y cientista político, Chomsky sigue rebelándose hasta a la jubilación y prodiga una incansable hospitalidad a los periodistas que hacen cola para conocer sus opiniones.
En una pequeña mesa redonda donde se apilan libros, fotocopias y cuadernos, Chomsky recibe a Tiempo Argentino con una amigable sonrisa y un té en la mano. Entre los papeles de su oficina ubicada en el octavo piso del Massachusetts Institute of Technology, más conocido en la jerga académica por sus siglas MIT, sobresale un anillado con el título "What then must we do?" (¿Qué debemos hacer entonces?), escrito por Gar Alperovitz. Su presencia cobrará sentido a lo largo de la conversación cuando recomiende su lectura para entender uno de los hechos "revolucionarios" más importantes que están pasando en EE UU: el movimiento de empresas recuperadas. A propósito de ello, Chomsky recordará que "algo de esa iniciativa, de hecho, vino de la Argentina post colapso".
Las primeras palabras de la conversación pasan inevitablemente por Gaza, ciudad de donde volvió justo antes de que Israel lanzara la última ofensiva. Allí recorrió los hospitales que todavía hoy aparecen en todos los noticieros y comprobó los problemas que tienen los médicos para conseguir medicamentos. Chomsky aún recuerda que uno de los que conoció en su viaje es el que se popularizó en las portadas de los diarios alrededor del mundo, sosteniendo entre brazos a un niño muerto. A 9000 kilómetros de allí, el filósofo ahora sigue atento las discusiones en la arena diplomática.
Aunque la situación en Medio Oriente tenga hoy el primer lugar en la agenda informativa, Chomsky también ha estudiado con profundidad la historia de América Latina y ha escrito recurrentemente sobre la región en los últimos tiempos. Es que desde principios del siglo XXI sus países se han levantado "por primera vez en 500 años ante la dominación occidental y de EE UU", explica. "También han estado moviéndose despacio pero significativamente hacia la unificación y muy lentamente se han ocupado de algunos asuntos internos muy extremos", agrega antes de analizar lo que puede esperarse de las relaciones entre Latinoamérica y EE UU en el segundo gobierno de Barack Obama.
"Todos estos desarrollos muy positivos para América Latina a EE UU no le gustaron. Además, prácticamente lo empujaron de las bases militares que le quedaban en la región. Luego, en las reuniones hemisféricas quedó bastante aislado, como sucedió en Cartagena hace unos meses, cuando EE UU y Canadá quedaron contra el resto del hemisferio en los asuntos más importantes. Y, de hecho, si hay otra reunión continental no me sorprendería que EE UU y Canadá queden excluidos. Ante esto, lo que EE UU ha estado intentando hacer con Obama es reconstruir la posición de influencia y control. En Honduras, por ejemplo, Obama ha logrado llevar adelante un golpe de Estado. En Paraguay, no conocemos los detalles, pero supongo que Estados Unidos está detrás de la destitución de Lugo también. En Chile, EE UU está trabajando por debajo del radar, desarrollando relaciones militares para poder restablecer bases y esencialmente, si no restablecer el viejo sistema, al menos volverse más fuerte. Aunque no creo que funcione."
–¿Hasta qué punto el desarrollo de los países de América Latina tiene que ver con que Estados Unidos ha estado concentrado en otros temas?
–Cuanta menor atención preste EE UU al continente, mejor para este último. Pero no se debe dar por sentado que eso haya ocurrido. De hecho, creo que ha estado prestando bastante atención. Cuando algo pasa en América Latina, EE UU está allí. En los '80 estuvo muy activo en Centroamérica. En los primeros años de las dictaduras sudamericanas, EE UU apoyaba a todas. En Argentina, por ejemplo. En los '90, América Latina estaba bastante bajo control con la estructura de los programas de ajustes, por lo que EE UU no tuvo que hacer mucho. Pero en la última década, EE UU ha sido empujado afuera y ha tratado con mucho ahínco de reconstruir su posición. Creo, en definitiva, que trata de aplicar más o menos la misma política que antes, pero tiene menos capacidad para implementarla.
–Varios de los gobiernos de América Latina que han sentado una posición más dura en su relación con Estados Unidos también se han enfrentado a las corporaciones mediáticas y han promovido nuevas medidas para regular el poder de los medios. ¿Cómo analiza eso?
–La situación de los medios en América Latina es prácticamente un escándalo. Están enormemente centralizados, en control privado, son muy reaccionarios y muy dañinos para los países. Dan una imagen muy distorsionada del mundo. Sin embargo, no creo que la respuesta correcta sea que los gobiernos los constriñan, sino que ayuden al surgimiento de alternativas comunitarias. En cierto punto eso ha comenzado a hacerse en Venezuela. Por otro lado, cuando ocurrió allí lo del canal RCTV, que no fue cerrado pero sí empujado al cable, escribí que acordaba con las protestas occidentales y también con el hecho de que algo así no podía suceder en EE UU. Pero agregué algo que lo hizo impublicable aquí. No puede pasar en este país por una buena razón: si algo así pasara acá, si la CBS, por ejemplo, apoyara un golpe de Estado contra el gobierno y después de unos días ese golpe hubiera sido revertido, no habría ningún juicio a los directivos y la cadena no seguiría transmitiendo. Simplemente, los dueños y directivos de esa estación serían asesinados por una escuadra especial sin juicio previo.
–¿Cree que el enfrentamiento abierto entre los gobiernos y los medios concentrados ayuda a concientizar a la gente acerca de los intereses detrás de los medios?
–En la mayor cantidad de países, los gobiernos apoyan a los medios concentrados. Y en las ocasiones en que eso no es así, creo que la mejor forma de responder no es poniendo presión, sino desarrollando alternativas, que es algo que el gobierno puede hacer. Algo así se está queriendo desarrollar acá en una pequeña medida. Por ejemplo, cuando el sistema de cable apareció en EE UU a inicios de los '70, el Congreso aprobó una ley que impedía a las compañías de cable tener monopolios en algunas áreas particulares. Por ejemplo en la zona donde estamos, Cambridge. Cualquier red de cable que quisiera operar aquí debía incluir una señal comunitaria. Es una gran falla de la izquierda de EE UU que no aprovechen esta oportunidad. Acá hay una estación de la comunidad y si vas ahí te sorprendería ver que el equipo es bastante bueno. No es CBS, pero es mejor que otros en poder de movimientos políticos. Y muchas veces están dirigidos por lunáticos porque la izquierda no los usa. Llegan a mucha gente y podría ser usado como una base de medios alternativa.
–¿Qué es lo que les falta a los grupos de izquierda para sacar partido de esa posibilidad?
–Eso es lo que he estado discutiendo durante 40 años. Tienen muchas críticas sobre los medios que están justificadas, pero hay muy poco trabajo en tratar de crear alternativas. Y puede ser hecho, como pasó con Democracy Now, que funciona. Pero si los grupos de izquierda usaran esas posibilidades que están a mano, podrían hacer más cosas. Hay mucho para hacer.
–Y no sería importante sólo el contenido, sino también la forma en que se lleva a cabo…
–Estuve una vez en Brasil, antes de que Lula fuera elegido presidente, y una tarde él me llevó a los suburbios de Río, donde vi algo muy interesante de los medios populares que no sé si todavía funciona. Lo que pasaba era que un grupo de profesionales de los medios de Río iba a una plaza en el medio de una ciudad a las nueve de la noche, prime-time, y ponían un camión con una pantalla. Allí pasaban programas que eran sólo para la gente que estaba sentada en la plaza o en los bares de alrededor. Los contenidos habían sido escritos por gente de la zona, actuados por ellos y eran interesantes. No podía entender todo lo que decían, pero sí me daba cuenta de que algunos eran comedia, otros eran más serios y hablaban sobre la crisis de la deuda o sobre el HIV, por ejemplo. Después de los programas, una de las actrices iba con el micrófono y una cámara a pedirle un comentario a la gente que los había visto. Esas opiniones eran pasadas en la pantalla gigante y otra gente se sumaba. Generaba interacción comunitaria y esa gente no miraba la televisión prime-time, sino que prefería mirar eso. Todo estaba hecho por la comunidad salvo el equipo, que venía de la ciudad. Cosas como esas pueden ser hechas.
–Procesos políticos como la Primavera Árabe, el movimiento Occupy o el de indignados han conmovido sociedades con sus planteos. ¿Cree que estos grupos tienen potencial revolucionario?
–Creo que son importantes, pero hay muchas otras cosas también revolucionarias que están sucediendo. Por ejemplo, los desarrollos comunitarios y el trabajo en empresas. Algo de esa iniciativa, de hecho, vino de la Argentina post colapso. Gar Alperovitz trabaja sobre ello y cuenta de lugares como en Cleveland, donde hay una red de empresas cuyos propietarios son sus propios trabajadores. Cooperativas que empiezan a establecer vínculos a nivel internacional con otras empresas en España. Hoy eso está en varios lugares del país y es revolucionario. No sé si se alcanzará una escala como para cambiar la sociedad, pero es una de las cosas más importantes que están pasando.
–Una joven española que participó del movimiento de indignados en España decía que admiraba la experiencia de Occupy Wall Street porque en su país reclamaban por derechos que habían perdido y en EE UU por derechos que nunca tuvieron…
–Es que aquí se pelea por los derechos de otras personas. Ninguno de los que está en el movimiento Occupy y pasa el tiempo en el parque Zuccotti es pobre. Todos tienen, al menos, un plato de comida en la mesa y no vienen de los barrios más desventajados. Esa gente no tiene tiempo para estas cosas. Sin embargo, creo que están logrando llamar la atención de los medios en muchos aspectos. Los hechos que Occupy trajo se pusieron en el centro de la agenda nacional. Antes, se hablaba muy poco de la desigualdad, del fraude bancario, de la compra de las elecciones. Estas cosas ahora están siendo discutidas. De hecho, el slogan de "somos el 99% vs el 1%" se puede leer en la prensa de negocios y todos hablan de ello. Además, están haciendo cosas. Por ejemplo, con el huracán Sandy de hace un par de semanas, los primeros en salir a ayudar fueron los chicos de Occupy. También están ayudando a la gente que está siendo desalojada de sus hogares por los bancos: los apoyan para resistir el desalojo o van a la Corte a protestar. Por eso, puede transformarse en algo muy constructivo. De hecho, creo que lo más importante que hicieron, que la mayoría de la prensa no lo reconoce y nadie habla de ello, es que rompieron la atomización de la sociedad. Esta es una sociedad en la que la gente esta sola. Es casi sociopático. La gente no se junta para hablar, quedan atrapados en la televisión, en el consumo de bienes. Pero Occupy reunió a la gente, los puso a hacer algo cooperativamente. Abrió un espacio de discusión, interacción. La gente está aprendiendo a hacer cosas juntos y eso es muy importante y, en especial, en una sociedad como esta. Si dura, puede ser importante para inspirar a más grupos.
–¿Piensa que de este movimiento puede derivarse un cambio más profundo en la sociedad?
–Es uno de los tantos lugares. Hay muchas cosas que pasan en el país. Esto fue una especie de chispa y se puede ver. Se pudo ver en el hecho de que el día después de Zuccoti había movimientos Occupy en todo el país y, de hecho, en otras partes del mundo. Y ha pasado sólo un año, no se puede decir más, pero ha sido muy exitoso. Y si se pueden asociar a otros movimientos, como el de empresas recuperadas, puede ser muy interesante.

Una mirada a las redes sociales

La oficina de Noam Chomsky está repleta de libros. Entre dos escritorios en forma de letra L que ocupan dos de los laterales de la habitación, apenas hay un espacio libre para algunos portarretratos familiares. No sorprende que Chomsky admita no mirar mucha televisión y que se informa a partir de "toneladas de lectura". "Leo la prensa nacional, la prensa de negocios, la internacional. Un sinfín de periódicos con un amplio espectro de perspectivas, incluso conservadoras", describe. El cronista confiesa entonces que antes de la cita revisó sus datos biográficos en Wikipedia.
"Yo uso Wikipedia para algunas cosas. Si querés saber sobre matemática o historia medieval, está bien. Pero si es algún tema contemporáneo y controversial, entonces hay que ser muy cauteloso."
–¿Y las redes sociales?
–No tengo una opinión porque estoy fuera de moda. La gente me dice que tengo una cuenta de Facebook, pero no la abrí yo.
–Le atribuyen un rol importante en la Primavera Árabe.
–Acá también tienen un rol importante. Cualquier grupo activista anuncia lo que hace en las redes sociales para sumar gente a sus actividades. Eso está bien, no tengo ninguna objeción contra ello. Pero lo más que hago es leer blogs ocasionalmente. Creo que es una gran cosa que cualquiera pueda decir lo que quiera en Internet, pero significa que el 99% son cosas sin importancia.
–Se suele criticar que afecta al periodismo acelerando los procesos y contribuyendo a la pérdida de análisis y chequeo de datos…
–Por eso leo los diarios y no las redes sociales. Pero algo interesante sucedió en la Primavera Árabe. En un punto (el presidente de Egipto Hosni) Mubarak cerró Internet. La interacción creció porque en vez de twitear la gente hablaba entre sí y la organización iba más rápido. Es decir, acelera las cosas pero tampoco tanto.

Tiempo Argentino

El lado oscuro de los acuerdos de inversión

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Los movimientos de todo el mundo han denunciado los rescates y la evasión de impuestos que han enriquecido al 1% a costa del 99%, pero eso es solo una parte del cuadro. El TNI acaba de presentar un nuevo video de animación que revela, usando un lenguaje accesible, cómo los acuerdos internacionales de inversión son también una pieza clave del sistema económico global que está enriqueciendo a una pequeña elite corporativa a expensas de la ciudadanía.

El video explica, por ejemplo, que:

• las demandas de corporaciones contra gobiernos han aumentado casi un 1200% desde 1990
• la factura que debe pagar Argentina para defenderse de las demandas corporativas asciende a los 912 millones de dólares, una cantidad equivalente al salario medio anual de 140.000 maestros o de 75.000 doctores en hospitales públicos
• los abogados de las corporaciones, que tienen sus bufetes sobre todo en el Reino Unido y los Estados Unidos, cobran unos 800 dólares por hora y animan a las corporaciones a presentar demandas

Las piedras de la dignidad palestina

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En estos días, en los que Palestina regresa a los medios de prensa internacional producto de la agresión israelí. La lucha de este pueblo atropellado y reducido ante la mirada indolente de la comunidad mundial, mantiene una resistencia a la ocupación, de la forma más desigual que podamos imaginar.
Los jóvenes y niños palestinos resisten de manera activa y concreta este flagelo bajo el convencimiento que es necesario luchar, aun en la desigualdad existente que los ha sumido a un combate de piedras contra las balas israelíes financiadas por el gran capital israelí-estadounidense.
El pueblo palestino con más de 11 mil años de historia, es uno de los pueblos más heroicos que ha conocido el mundo moderno. Su resistencia incansable hace que hoy el reconocimiento a su legítimo derecho a su tierra sea de carácter mundial.
Cuanto más deberemos esperar para que las grandes organizaciones de papel que rigen la armonía mundial, como la ONU, sean capaces de frenar la avaricia israelí?

Alba TV

Louis Aragon, el escritor-araña

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El día 24 se cumplen treinta años del fallecimiento de este poeta todoterreno que transitó desde el surrealismo al comunismo, y...más tarde fue capaz de salirse de las filas y desmarcarse de algunos comportamientos autoritarios.

Louis Aragon, el sueño del porvenir

De los sueños como materia prima para la escritura a los sueños esperanzados en un futuro mejor para la humanidad, este fue el trayecto vital de quien muriese el día 24 de diciembre de 1982, hace ahora pues treinta años.
Decir vital, en el caso de Louis Aragon, es decir escritura pues como él mismo señalase no recordaba nada sobre lo que no hubiese escrito y lo hacía para pasar el tiempo; muchas veces en medio de la tormenta. Toda su existencia fue un grito profundo y entregado a sus compromisos sucesivos; nunca fue un hombre de medias tintas sino que fue una persona que se entregaba en cuerpo y alma a la defensa de sus ideas; eso sí, siempre revisándose y variando lo escrito en las sucesivas visitas a su obra, sin arrepentimientos: >.
Aragon tuvo una infancia un tanto particular y digna de la más enrevesada de las novelas- un padre desaparecido que se presenta como su padrino y una madre que se hace pasar por su hermana, junto a una abuela que hace como que ha adoptado a quien luego sería conocido con el nombre de Louis Aragon, en recuerdo de algún escarceo amoroso paterno pues su verdadero nombre era Louis Andrieux-. Tras dicho periodo en el que devora todos los libros que caen en sus manos, y que a veces hace que sus familiares hayan de guardar éstos bajo llave para evitar la bulímica inclinación del muchacho, realiza los estudios de medicina. Movilizado en la primera guerra mundial coincide con André Breton ejerciendo labores en el campo de la medicina militar, y nace entre ellos una estrecha amistad. En los años siguientes, Aragon servirá de introductor, en el Hexágono, del dadaísmo, tomando contacto con Tristan Tzara, para a continuación, junto al ya nombrado Breton y Soupault, participar en la fundación y dinamización del surrealismo.

En la cresta de la ola

Desde entonces el escritor va a moverse sin descanso en los medios de las distintas vanguardias, desde sus tempranos poemas( significativos el repetitivo Persiennes o su alfabético Suicide) que se asemejan a los ready made de Marcel Duchamp, Aragon no va a dejar de escribir, inspirándose en las fuentes clásicas para referirse al presente que le tocó vivir, en un mestizaje formal que usa la prosa, la poesía, y ambas entremezcladas. Del dadaísmo al surrealismo hasta el compromiso con el comunismo. Esta evolución coincidió con el conocimiento de Elsa Triolet( Elsa Bugomolov, cuñada del poeta futurista soviético Vladimir Maiakovski) a finales de los años veinte, de quien ya no se separará hasta la muerte de ella. En esa época va a viajar a la URSS, a congresos de escritores, y se comprometerá como periodista de revistas y periódicos del comunismo francés(Lettres françaises, Ce Soir, L´Humanité). Su bulímica producción literaria se diseminará por todos los géneros, mostrará su compromiso en algunas novelas de corte autobiográfico y de retrato social en la onda del realismo socialista.
A resultas de sus intervenciones habrá de hacer frente, no era la primera vez, a distintas querellas judiciales, y también a amonestaciones dentro de las filas de su partido, le parti des fusillés, organización con la que se implicará en las redes de la Resistencia contra los okupantes, y sus cómplices vichystas. Más tarde llegarían una cierta nostalgia de los amigos de antaño(> se lee en Le Roman inachevé, auténtico poema autobiográfico) y ciertas desavenencias con la ortodoxia estalinista, al ensalzar la lucha de los jóvenes en mayo del 68, al mostrar su desacuerdo con la invasión de Checoslovaquia por los tanques - dichos - soviéticos, o por sus nítidos posicionamientos a favor de la libertad de algunos disidentes perseguidos en los países del Este, y hasta por su apoyo directo a alguno de ellos.

Amores

Tres van a ser los centros de atención de sus poemas y sus escritos: Elsa Triolet( >, >), Francia-y especialmente su capital, la Ville lumière- y la lucha por alcanzar una sociedad más libre y justa. Esos van a ser los tres amores que van a marcar su obra, y su vida, pasando a convertirse en la materia prima de su variada, y abundante escritura.
El tono airado, a veces hasta el grito, no se inclina, no obstante, hacia lo panfletario-salvo raras excepciones en que emplea la pluma como arma de combate- sino que se mantiene dentro de los límites que lindan con el clasicismo, y empapado por éste alcanzará a ser considerado como perteneciente a tal. categoría Una escritura que pretendía convertirse en >. Una obra de entrega, empeñada en desvelar enigmas y traducir la pluralidad de la persona, una obra en > e imbuída de una innegable, y contagiosa, pedagogía del entusiasmo. >

Aragon cantado

Y así no resulta asombroso, que con tal gama de intereses, el sueño en verso se convirtiese en canto. Destacadas voces del panorama hexagonal hicieron suyos los versos de Louis Aragon y los entregaron al gran público. Léo Ferré-de quien el propio poeta decía que >-, Barbara, Jean Ferrat, Georges Brassens, Yves Montand, Marc Ogeret, Catherine Sauvage, entre otros, han puesto voz a entregados cantos de amor y de combate desde > hasta > , cantos de alegría y de dolor, de esperanza y desesperanzados, que cesaron de ser creados el 24 de diciembre de 1982, en su domicilio parisino…destellos que todavía reflejan >; este poeta >- como le cataloga su albacea literario Jean Ristat- que tejió incansable por todas las esquinas del lienzo literario, invitando a sus críticos a que comenzasen por leerle.

iñaki urdanibia

Jack London y el cine de sesión de tarde

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London es conocido especialmente como autor de novelas “de aventuras”, como el “Rudiard Kipling del Klondyke”, y esta ha sido la faceta preferida por Hollywood
La filmografía entorno a la obra de Jack London es muy amplia (*). Se inicia mucho ante de su muerte, cuando era un escritor célebre con películas que actualmente son incunables…Será con el cine hablado cuando se consiguen las mejores adaptaciones, algunas de ellas con tintes biográficos como es el caso de The Adventure of Martin Eden, una producción de la Columbia de 1942 fue uno de los primeros y más afamados títulos de uno de los más activos directores de cine B de aventuras en los cuarenta y cincuenta, Sidney Salkow, casi un experto en cine “de piratas”. Significó un éxito personal para Glenn Ford como un bisoño Martin Eden marinero y enamoradizo. Le acompañaron dos señoras de Hollywood: Claire Trevor como “Conie” Dawson, y Evelyn Keyes como Ruth Mortley…Sin ser nada del otro jueves, se trata de una agradable película de aventuras en las que –no hay que decirlo- el socialismo del protagonista no aparece por ningún lado, Aquí fue conocida como El barco de la muerte, título por cierto de una obra de B. Traven, y por cierto, Salkow tiene una digna película de aventuras marítimas, Capitán Panamá (Scarlet angel, USA, 1951), con Ivonne de Carlo, Rock Hudson y Richard Dennibng, a la que posiblemente se le podría llamar “londoniana”…Las páginas de Martin Eden inspiraron también una película checoslovaca de 1955. También están detrás de Klondike Fever (USA, 1979), telefilme con una trama centrada esta vez en la fiebre del oro que a finales del siglo XIX arrojó hacia el Norte a legiones de miserables que marcharon al Yucón para hacerse ricos, sobre ellos Chaplin realizó una de sus mejores películas, La quimera del oro, título que, por cierto, se le ha dado a algunas recopilaciones de narraciones de London . Fue presentada como una presunta biografía del escritor, de ahí que aquí se llamó Las aventuras de Jack London, que fue dirigida por el anodino Peter Carter e interpretada por Jeff East, una promesa que no pasó de eso, aunque el peso propagandístico subrayó más la efímera presencia de una todavía hermosa Angie Dikinson como la dueña del “saloon”, y las del torvo Rod Steiger más Lorne Greene, por entonces muy famoso por algunos seriales televisivos. Pasó con más pena de gloria y desembocó en los videos con un nuevo título. El buscador de oro…
No existe ninguna versión de primera de Colmillo blanco, que tuvo unas cuantas entre ellas una producida en Estonia en 1946. La más cara y la más famosa de todas sería la de 1991), una tradicional producción norteamericana en línea del “cine familiar” a lo Walt Disney, y siguiendo las trazas de una cierta clasificación que igualmente se había operado en las librerías con el London del Yucón. Dirigida por el inefable Randal Kleiser (Greese, El lago azul), y que a pesar de su superficialidad conoció un cierto éxito al que contribuyeron tanto el prestigio de London como la buena actuación perruna, unos paisajes formidables así como unos actores (Etham Hawke recién salido de El club de los poetas muertos, Klaus Mª Brandauer, y el estupendo Seymour Cassel…Su éxito inspiró una secuela, Vuelve Colmillo blanco (Myth of the white wolf, USA, 1994), aunque en realidad apenas si utiliza el material original, solamente el protagonista de la anterior, Etham Hawke, aparece al principio. Fue dirigida por un especialista en “cine familiar” de segunda categoría, Ken Ollín. Otra película “familiar” de ciertas reminiscencias londoniana es Voluntad de hierro (Iron Hill, USA, 1993), dirigida por Charles Haid, sobre todo por la esforzada carrera de trineos con perros, y por ciertos toques, todo ello con un tono almibarado y pleno de tópicos. Señalemos como curiosidad que sin estar basada en ninguna obra de London, resulta a nuestro parecer mucho más londoniana una de las mejores producciones de la Disney Factory, Los lobos no lloran (Never crey wolf, USA, 1983), el mejor Carrol Ballard que cuenta la historia real de un biólogo universitario (Charlie Martin Smith), que se arriesga descabelladamente a vivir junto con los lobos para demostrar que no son estos los que están acabando con las manadas de caribús.
Un Colmillo blanco bastante digno fue la coproducción hispano-italiano-francesa de 1974, todo un empeño al servicio de Franco Nero que estuvo acompañado por un monja encarnada por Virna Lisi, con nuestro Fernando Rey como un falso pastor, más John Steiner en plano malo casi psicópata, sin olvidar a otro “malo” de cuidado, el germano Raimund Harsmstorf, casi un especialista en London, y también a Rick Battaglia, Carole André y el español Daniel Martin, el recordado protagonista de Los tarantos. Rodada en los Alpes austriacos como aunque la situación transcurre en el Canadá de la fiebre del oro, lo mejor de la película fue Jumbo, un perro pastor alemán que encarna a un “Colmillo blanco” digno de London. Quedo mucho mejor de lo que se podía esperar, contó con un cierto presupuesto que se nota en el alarde de ambientación, hay que anotar también un cierto esfuerzo de fidelidad al original a pesar de que el guión fue escrito por seis guionistas. Su director fue el execrable Lucio Fulci quien en esta ocasión se mostró más acertado de lo habitual. Su éxito propició una secuela, Buck, figlio de Zanna Bianca (1974), de Tonino Ricci, que pasaría totalmente inadvertida.
Anotemos que el cine alemán e italiano produjeron una serie de adaptaciones en los años sesenta más o menos inspiradas en London, y en la misma línea de prolongación del eurowestern. Así, el veterano todo-terreno Harald Reinl, después de haber servido en algunas aventuras del oste de Winnetou basadas en obras de Karl May con el antiguo Tarzan Lex Barker, dirigió un par de adaptaciones de cuentos de Jack London con el insípido Ron Ely, también conocido como un Tarzan, en su caso televisivo (y todavía más olvidable), una fue El aullido de los lobos (Der schrei der schwarzen wolfe, RDA, 1972), la historia de un joven trampero que busca a los asesinos de su padre por tierras de Alaska; la otra fue una adaptación de El hijo del lobo (Die Blutingen Gerer von a Beska), y el chico duro fue Doug McClure. De las italianas quizás la más señalada fue La llamada del lobo (Gianfranco Baldasello, 1975), recordable por la presencia de Jack Palance y Joan Collins, amén de algunos actores hispanos como Manuel de Blas, merecedores de obras con mayor empeño.
Bastante incatalogable dentro de la obra de Jack London fue Asesinatos S.L., una notable novela (inconclus­a) de una ambigüedad calculada en la que se mofaba de la psicosis desarrollada desde la prensa desde las más “amarilla” hasta la más seria. Estamos hablando de Asesinatos. SL, que sería años más tarde acabada por Robert Fish y en la que satiriza en clave de humor negro la lógica del mercado –cliente que paga siempre tiene razón-, y los estereotipos de anarquistas organizados en supuestos comités organizados para liquidar príncipes y autoridades. La novela tendría una ocurrente adaptación al cine mediante un guión de Michael Relph y Wolf Mankowitz que dirigió con agilidad el interesante director británico con cierto tono laborista comprometido, Basil Dearden (que pasará a la historia del cine en especial por Victim (1960), un incisivo alegato en defensa de los homosexuales).
Conocida aquí como El Club de los asesinos (1969), comienza cuando allá por 1906 una intrépida periodista (Dianne Rigg) se propone desenmascarar a una banda internacional de asesinos por encargo, y acude al presidente de una organización criminal (Oliver Reed). Se trata de una verdadera multinacional, solo que en vez de expoliar cualquier zona de Oriente o América Latina, se encarga –honradamente, por supuesto- de suprimir personas indeseadas –las que sean- por un módico precio. Su petición tiene trampa porque su petición no es otra que extermine a todos sus socios. Naturalmente, el director protesta al principio pero tiene que rendirse a la lógica empresarial, además, para colmo se ha enamorado de la audaz periodista, una mujer muy liberada para la época. El mecanismo comercial pone en movimiento toda la plantilla de asesinos profesionales (interpretados por actores cuyos rasgos habrían llenado de gozo al doctor Cesare Lombroso) se pone en movimientos. Los perfiles de éstos son idénticos a los que otras muchas veces el cine más tradicional había empleado para representar conspiradores anarquistas La película tiene verdadera mala uva, es muy dinámica (sobre todo si tenemos en cuenta el sello británico), y está servida con humor y buen hacer por un extenso reparto en el que se incluyen también a Telly Savalas, Curd Jurgens, Anabella Incontrera, Philippe Noiret y Clive Revill...
Entre todas las adaptaciones de La llamada de la selva (Call of the Wild, la mejor con mucho es la de Twentieth Century Pictures para United Artists, producido por William Goetz y Raymond Griffith bajo la supervisión de Darryl E. Zanuck, guión de Gene Fowler y Leonard Praskins en 1935, fue dirigida en la plenitud de su talento por y dirigido por William A. Wellman, responsable de un equipo en el que hay que destacar también a Alexander Golitzen y Richard Day en el apartado de la escenografía, a Charles Rosher en la fotografía, y el de Alfred Newman. Solamente el rodaje merecería una buena crónica ya que congregó a un equipo no inferior al centenar de personas en condiciones climatológicas muy similares a las descritas por la novela. Las previsiones de un mes de rodaje se prolongaron hasta lo dos. cierto es que las escenas cumbre de la novela –el esfuerzo de Buck arrastrando una carga descomunal- se rodaron con nieve falsa, y según cuenta Wellman en sus memorias, hicieron falta dos perritas en celo para que el gran San Bernardo que lo interpreta, hiciera su trabajo. El título -que en castellano también se ha traducido por “La llamada de lo salvaje”-, hace alusión a la atracción del perro-lobo por regresar a sus origines, a un mundo donde la civilización todavía no se ha impuesto con todos sus desafueros. Esta ambivalencia también se hace perceptible en la película que transpira igualmente el enorme esfuerzo del equipo, añadiéndole un trasfondo de autenticidad muy difícil de lograr en el cine.
La trama evoca el esfuerzo humano en un entorno nevado y amenazador, y cuenta como al comienzo del siglo pasado, Jack Thornton (Clark Gable con toda su energía y convicción) partía de Skagway, Yukon, en busca de una mina de oro junto con un antiguo recluso llamado Shorty (Jack Oakie, el inolvidable trasunto de Mussolni en El gran dictador). En su trayecto salvan de unos lobos a Mrs. Claire Blake (Loretta Young), cuyo marido había desaparecido dos días atrás…Obviamente, la adaptación opera una serie de cambios, pero el espíritu de la novela se siente plenamente en una película considerada unánimemente como un clásico del cine de aventuras, amén de una de las más señaladas del subgénero de “aventuras en las nieves”. Anécdota: famosa por su conservadurismo, la Young que, entre otras cosas era presidenta de una Asociación Cívica por una Literatura Decente, nunca admitió que le uniera a Gable más que una buena amistad. Sin embargo, durante el rodaje de esta película se gestó una niña que la protagonista de Ramona declaró en 1937 hija adoptiva. Sin embargo, la niña que se parecía a Gable en todo, tanto fue así que con los años se operó de las orejas, es de suponer para que no le gastaran más bromas, y también escribió unas memorias en las que confirmaba la sospecha.
De la famosa novela se han contado hasta 11 variaciones más, pero ninguna merece ninguna atención especial. La más conocida sería La selva blanca, una disparatada coproducción europea de 1972. Fue dirigida por el británico Kenn Annakin que se había mostrado más inspirado en otras ocasiones; producida Harry Alan Towers, un aventurero en el peor sentido de la palabra, y escrita por el austriaco Hubert Frank, luego especialista en películas “S” (Patricia). Resultó comercialmente beneficiada por la presencia de Charlton Heston que repetía el arquetipo de hombre duro que lucha por la vida, con un perro magnífico, pero eso no fue suficiente. Todo lo que en la versión de Wellman resultaba intensidad y convicción aquí es mero convencionalismo. Anotemos que Heston y el perro fueron acompañados por un nutrido reparto en el que sobresalen dos actrices desaprovechadas como Michelle Mercier (famosa entonces por la serie Angelique), y Maria Rohm (una de las musas de “Jess” Frank), el perverso alemán Raimund Harmstorff, sin olvidar a los españoles Juan Luís Galiardo y Sancho Gracia, no en vano se rodó en buena parte aquí…Más modesta, pero mucho más aparente es el telefilme La llamada de la selva (USA, 1997), obra de un tal Peter Svatek, con el holandés Rutger Auer, y que cumple dignamente su objetivo de ofrecer una entretenida película del “sábado por la tarde” manteniendo una cierta fidelidad al original con la ayuda de mucha voz en off. Aquí se estrenó en TV y en vídeo con el título de Fuerza salvaje...

(*) Para un estudio completo ver mi edición Jack London, Tiempos de ira. Terxtos anticapitalistas (Los Libros de la Frontera, Barcelona, 2009)

Pepe Gutiérrez-Álvarez

Murió el afamado arquitecto brasileño Oscar Niemeyer

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El célebre arquitecto brasileño Oscar Niemeyer, que revolucionó la arquitectura moderna y fue uno de los diseñadores de la futurista capital Brasilia, murió en Rio de Janeiro este miércoles a los 104 años, informó una portavoz del hospital Samaritano, donde estaba internado desde hace más de un mes.
Niemeyer “falleció a las 21h50″ locales (23h50 GMT), dijo la portavoz.
“El arquitecto sufrió un agravamiento del cuadro de infección respiratoria, lo cual causó su muerte”, precisó más tarde el hospital en un comunicado.
Niemeyer, que el 15 de diciembre hubiera cumplido 105 años, estaba internado desde el 2 de noviembre, en principio a raíz de una deshidratación y para colocarle una sonda gástrica.
Después tuvo una insuficiencia renal por la cual comenzó a ser sometido a diálisis, una hemorragia digestiva que fue controlada y finalmente el martes una infección respiratoria que le obligó a utilizar un respirador y a ser sedado.
“Brasil perdió hoy a uno de sus genios, es un día para llorar”, se lamentó la presidenta brasileña Dilma Rousseff en el blog oficial de la Presidencia.
“Niemeyer fue el mayor arquitecto de Brasil. Un genio de la arquitectura mundial. Dulce en el trato, firme en sus convicciones y amado por el pueblo brasileño”, afirmó por su lado el gobernador de Rio, Sergio Cabral, en un comunicado.
El cuerpo de Niemeyer será embalsamado esta noche en Rio y trasladado a Brasilia para un velorio el jueves en el Palacio de Planalto, sede de la presidencia y una de sus grandes obras. Luego regresará a Rio para un velorio en el Palacio de la Ciudad y para su entierro, informó el alcalde Eduardo Paes.
Nacido en Rio el 15 de diciembre de 1907, en una familia burguesa de origen alemán, portugués y árabe, Oscar Ribeiro de Almeida de Niemeyer Soares diseñó más de 600 proyectos alrededor del mundo en más de 70 años de carrera.
Hasta su internación, Niemeyer siguió trabajando en su atelier de grandes ventanales curvados, frente a la famosa playa de Copacabana. Dejó una veintena de obras en curso en varios países.
En 1960, junto al urbanista Lucio Costa y al paisajista Roberto Burle Marx, ideó la nueva capital del país, Brasilia, con formato de pájaro en vuelo, y construyó edificios futuristas de líneas sinuosas como curvas femeninas, de cemento armado, que se transformaron en íconos de Brasil.
“Queríamos hacer edificios que crearan un cierto estupor porque eran diferentes”, declaró en una entrevista concedida a la AFP hace unos años.
Por el innovador uso del hormigón en sus edificios de Brasilia, que fue inaugurada en 1960, el denominado “arquitecto de la sensualidad” ganó varios premios, entre ellos el Pritzker, equivalente al Nobel de Arquitectura, en 1988.
Niemeyer, en silla de ruedas desde hace cuatro años a raíz de una fractura de pelvis, fue hospitalizado varias veces este año y el año pasado.
Niemeyer fue ateo y militante comunista hasta el final de sus días en este país de enormes desigualdades sociales.
“Sólo quedan dos comunistas en el mundo, Oscar y yo”, dijo en 1995 el entonces presidente cubano, Fidel Castro, durante una visita a Niemeyer en su atelier. Niemeyer fue siempre un gran amigo de Cuba y mantuvo una relación especial con el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz. Una escultura suya preside la plaza central de la Universidad de Ciencias Informáticas en La Habana.
Cuando cumplió 102 años, aseguró que Brasil se convirtió en un país más igualitario tras la llegada al poder de un exobrero, Luiz Inacio Lula da Silva, en 2003, reemplazado a fines de 2010 por su heredera política Dilma Rousseff, también del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda).
Su primer gran trabajo -y uno de sus preferidos- fue el “Complexo de Pampulha”, en Belo Horizonte, terminado en 1943.
Participó entre otros en la concepción de la sede de las Naciones Unidas en Nueva York (1952) y diseñó el Museo de Arte Contemporáneo de Niteroi (1996), cerca de Rio, célebre por su forma de platillo volador.
En 1928, Niemeyer se casó con Annita Bildo, con quien tuvo una única hija, Anna Maria. Su unión duró 76 años, hasta la muerte de Annita a fines de 2004. Su hija Anna Maria murió en junio pasado, a los 82 años, víctima de un enfisema pulmonar.
A los 98 años, Niemeyer volvió a casarse con su secretaria, Vera Lucia Cabrera, que le sobrevive.
Durante el último carnaval de Rio, en febrero, Niemeyer visitó las obras de renovación del Sambódromo, que construyó en 1984, y donde tendrán lugar varias competiciones de los Juegos Olímpicos de 2016, entre ellos la llegada de la maratón.

Cubadebate

Diario El Mundo, prensa masiva en los ’70

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Entrevistamos a Marcelo Maggio, comunicador social, docente, ex integrante de la agencia ANRed, quien publicó hace algunos días “DIARIO EL MUNDO. PRT-ERP: Prensa masiva para una política de masas” , investigación que aborda la experiencia político-comunicacional con perspectivas de masividad del PRT-ERP a principios de los años 70’. “El imaginario social podría sospechar que una organización que planteaba la lucha armada tenía a lo militar como lo superior. Sin embargo, uno escarbando se da cuenta de que las tareas de propaganda y la prensa ocupaban un lugar muy importante”, señala Maggio con respecto al lugar que el PRT le asignaba a esa tarea.

Por ANRED - C (redaccion@anred.org)

En un bar del barrio porteño de Villa Crespo ANRed se reunió con Marcelo Maggio para charlar sobre el lanzamiento de su investigación, que aborda un tema bastante desconocido o sobre el cual nunca se echó demasiada luz: la experiencia que encaró allá por el año 1973 el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) – muy conocido a partir de las siglas de su frente militar, el ERP - con la publicación del diario El Mundo como la puesta en práctica de una experiencia política-comunicacional con perpectivas de masividad.
ANRed: Sabemos que el libro surgió de una tesis final de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la UBA pero, ¿cómo surge la idea de amplificar esa tesis?
Marcelo Maggio: La idea siempre fue hacer un material de difusión y no sólo una tesis que quedara guardada. Siempre fue encarada desde la perspectiva de aprovechar la instancia de la academia para aportar a la militancia y a los medios de comunicación, desde los saberes específicos de las ciencias sociales. Intentamos recuperar también herramientas teóricas que fueron abandonadas por todo el exterminio que hubo y por toda la corriente cultural posmoderna que se impone en las universidades. Entonces, se trató en todo momento ver de qué manera unir la militancia y el conocimiento en ciencias sociales. Y desde ahí, publicarlo.
La iniciativa surge cuando estábamos en ANRed con la intención de impulsar y participar en un periódico con intenciones de masividad. Comenzamos a manejar información sobre El Mundo y Noticias , que eran diarios masivos, y me parecía interesante investigar qué características tenían esos periódicos en función de comprender esa zona conflictiva que es prensa de izquierda y masividad. No podés comparar un momento histórico con el otro, pero sin embargo se puede aprender de todas las experiencias de militancia.
ANRed: ¿Cómo encaraste el laburo de investigación? ¿Fue fácil o difícil dar con la fuentes que den testimonio de esa experiencia?
M.Maggio: Sobre las fuentes creo que hay que rescatar que hay mucha gente que mantiene su coherencia y que sabe que guarda en su memoria muchas cosas que puede brindar para que otros nos tomemos el trabajo de hacer la reconstrucción y pensar.
En algunos casos fue difícil dar con las personas, y otros -muy pocos- no quisieron dar su testimonio para no quedar relacionados con la guerrilla o con la izquierda. Pero en general podés ver cómo los setentistas se brindan con generosidad y recuerdan hechos muy dolorosos.
ANRed: ¿Qué lugar descubriste que ocupaba la prensa en su estrategia general?
M. Maggio: Lo que me sorprendió es que a priori el imaginario social podría sospechar que una organización que planteaba la lucha armada tenía a lo militar como lo superior. Sin embargo, escarbando te das cuenta que las tareas de propaganda y de prensa ocupaban un lugar muy importante. En presupuesto, en recursos y en cantidad de personas abocadas. Sin embargo en el libro trato de mostrar las contradicciones y que esas contradicciones aportaron al colapso del proyecto, y digo aportaron porque obviamente que las condiciones históricas son las determinantes. Pero, teniendo en cuenta esas contradicciones, uno descubre que la prensa para el PRT (Partido Revolucionario de los Trabajadores) ocupaba un lugar central.
Cuando digo prensa me refiero a lo que es la prensa partidaria y también a la prensa de masas. En el terrino legal no sólo tenían el diario El Mundo, también estuvo la revista Nuevo Hombre, o las revistas Posición y Patria Nueva en Córdoba. A eso sumale todo lo estrictamente partidario (infinidad de boletines fabriles; la cantidad de materiales que circulaban por células partidarias; las imprentas que montaban en cada regional; las revistas El Combatiente y Estrella Roja). Es decir, todo un trabajo meticuloso en todo lo que tuviera que ver con la comunicació, lo que en términos leninistas se denomina “la propaganda”.
Pero si vos te preguntás por el lugar específico del diario en la estrategia política tenés que tener en cuenta una herramienta legal que desarrollaron y a la que denominaron FAS (Frente Antiimperialista por el Socialismo) . El diario formaba parte de ese “frente legal” que tenía distintas herramientas para pensar la política de masas. El FAS implicaba la política de masas más tradicional, pensada como partido político legal, con alianzas amplias, con comités de base en los barrios. En el FAS confluían desde radicales simpatizantes con ideas revolucionarias, como Hipólito Solari Hirigoyen, el peronismo de base, grupos de izquierda de los más diversos tipos hasta organizaciones armadas.
Entonces, el FAS era como el marco de alianzas, un espacio para hacer política y esas alianzas determinan el nivel de amplitud que vos podías tener con tu prensa. La vocación entonces del FAS era la de constituirse como un frente antiimperialista que nucleara a toda la izquierda, esa era su vocación. Desde el FAS se quería nuclear a los intelectuales para que escribieran para el periódico, dando una orientación e incluso un lugar en la dirección del diario. Es decir que el FAS tenía una pata dentro del periódico, estaban articulados.
ANRed: ¿Cómo manejaba El Mundo a nivel estético el tema de las noticias, las tapas, y demás cuestiones periodísticas?
M.Maggio: Ellos tenían la intención de hacer un diario popular, donde se pudiera explorar el uso de los elementos de lo que era la prensa popular en Argentina en esa época. Lo que fue Crónica, Crítica, incluso el primer diario El Mundo, del cual tomó su nombre y compró la marca, que tenía su sello original que era que exploraba todo lo que era la fotografía. El diario El Mundo de la primera etapa era un diario ilustrado de la mañana. El que analizamos aquí era un diario ilustrado de la tarde. Tenía ese eslógan y tenía que competir con grandes monstruos de la tarde, como eran Crónica (más de 200 mil ejemplares a la tarde), o La Razón (más de 400 mil).
ANRed: ¿Qué tirada tenía El Mundo?
M.Maggio: Todos coinciden en una cifra que ronda los 100 mil ejemplares. Está bien, los demás diarios tiraban desde 200 a 500 mil ejemplares cada uno, y era una época en que se vendía bastante en papel. Pero la perspectiva general era que tenía que ser un diario popular, de fácil lectura. Incluso, con algún recurso del amarillismo policial pero haciendo un policial-político, porque el secuestro o atentado que se abordaba no era como el actual, sino que eran más complejos. Entonces se exploraba esa zona, más que un diario intelectual o de élite, era un diario dirigido a las masas de su época.
ANRed: ¿Cómo estaba compuesta la redacción?
M.Maggio: Para armar la plantilla de periodistas recurrieron a cantidad de periodistas profesionales, que en esa época la mayoría estaba comprometido con algún tipo de idea política. Había gente ligada al Partido Comunista, al marco de alianzas más próximos al PRT, gente del peronismo de base, esos serian como los grandes núcleos. La dirección estratégica la mantenía el partido.
ANRed: ¿Cómo era el financiamiento y la estructura de distribución?
M.Maggio: La publicidad era muy escasa por dos motivos: por un lado se empezó a hacer evidente la pertenencia política del diario y era difícil conseguir el auspiciante. Pero además no tenían desarrollada esa pata gerencial. Lo que les sucede a muchas organizaciones de izquierda hoy, que no pueden lograr armar una pata financiera que funcione y que pueda encargarse de la parte, en este caso, más fea, que sería la publicidad. Tenían las publicidades de los cuentapropistas amigos, el abogado, el contador. En realidad, eran todos cercanos, del círculo militante de la organización y que aparecían ahí por simpatía. Tampoco la recuperación de dinero por ventas es una gran proporción para los diarios en general. Entonces tuvieron una crisis financiera, tuvieron que achicar la infraestructura a medida que iba pasando el tiempo. Y claramente una parte del diario se financiaba con el dinero que obtenía la organización a través de sus métodos ilegales. Y esa fue una de las dificultades del diario, porque si vos querés hacer una herramienta legal que se financie con métodos ilegales, en algún momento el problema salta.
ANRed: ¿Cómo se planteaban la agenda, hacían seguimiento de algún tema en general o cubrían todo?
M.Maggio: Trabajaban en principio con una agenda nacional, como podía hacer cualquier diario, de hecho, te encontrás con que la mayoría de los ejemplares tenían una sección deportiva y espectáculos que te ocupan la mitad del diario en cantidad de páginas. Es una vieja discusión que nosotros teníamos: ¿vamos a gastar tiempo y esfuerzo en esos temas? El turf ocupaba dos páginas en algunos ejemplares. Entonces, vos decís: ¿cómo, un diario de izquierda que se ocupa del turf? Bueno, pero pasaba que era un periódico, y para ser creíble como periódico tenés que cumplir las reglas de un periódico masivo de mucha tirada. Aunque sí había notas que otros no cubrían y que El Mundo sí. Por ejemplo, salía un conflicto de la UOM en Villa Constitución: si para el diario La Razón eso era un cuadradito perdido en el medio del diario, para El Mundo eso era la tapa. Esa es la diferencia.
ANRed: Y en ese sentido, ¿lograban instalar agenda pública?
M.Maggio: Esas serían respuestas para estudios de comunicación en instancias de recepción, y son muy difíciles de hacer, sobre todo a la distancia. Lo que si podemos pensar es que sí hacía algún tipo de ruido, a partir de que Lorenzo Miguel le pedía a Perón cierre el diario constantemente. Entonces, si era un tema que discutían Perón con Lorenzo Miguel quiere decir que algo se leía y no era un discurso al vacío o testimonial. Pero según cuentan los relatos, Perón quería que “los zurdos tengan su diario” ya que daba impresión de amplitud y tolerancia. Pero cuando la petrolera ESSO le pagó 14 millones al PRT por el secuestro del empresario Víctor Samuelson, vino el final.
ANRed: ¿Cuánto dura la experiencia?
M.Maggio: La experiencia dura de agosto de 1973 a marzo del año 1974, es decir, no llegó a cumplir un año.
ANRed: Se reflotó lo sucedido con El Mundo a partir de un traspié que tuvo el periodista Orlando Barone con el episodio de Ana Guzzetti, ¿ese fue el momento en que desde el estado se le empieza a marcar la cancha al diario, el antecedente al cierre?
M.Maggio: Ana Guzzetti increpa al mismísimo Perón por la aparición pública de la triple A. Eso es en febrero del 74´, porque en enero ese grupo había sacado una lista de condenados a muerte. Manuel Gaggero que dirigía el diario estaba en esa lista de "celebridades" de la izquierda. Siguiendo las tapas de El Mundo ves cómo el diario venía denunciando a la Policía Federal, por ejemplo, con su accionar represivo sobre los peronistas de izquierda, una represión alarmante y salvaje. Y en el caso del diario El Mundo ellos sufrieron que llegue la policía al diario y los meta presos, o que bandas de ultraderecha baleen el diario repetidas veces. O que vaya a la imprenta la mismísima Federal y prenda fuego los ejemplares. Es decir que lo de Ana Guzzetti es un hecho notorio dentro de una seguidilla de terror.
ANRed: ¿Qué rescatás de este trabajo de investigación?
M.Maggio: Rescato la idea de que se puede escribir una prensa masiva utilizando los recursos periodísticos de tu época. También el valor y el coraje de la profesión periodística y el de la militancia en el frente legal en general, porque implicaba una exposición muy importante. El que estaba en el “frente militar” se cubría con la clandestinidad, pero los del frente legal estaban expuestos, todos sabían su lugar de trabajo, dónde vivía, etc. Y por último tener en cuenta eso que decía Rodolfo Walsh sobre la historia, que los poderosos procuraban que los trabajadores no tengan historia y tengan que empezar siempre de nuevo. Bueno, la idea es no perder esa experiencia colectiva e histórica, se trata de tenerla en cuenta para ir aprendiendo de a poquito.

La izquierda revolucionaria y la Unión Europea

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La Unión Europea, bajo la apariencia de embrión de una suerte de “Estado supranacional”, nació como un recurso para hacer frente a la decadencia irreversible de las naciones capitalistas del viejo continente. De ningún modo para superar sus respectivas fronteras nacionales sino para rescatar sus aspectos más reaccionarios: el aparato estatal de coerción.
La Unión Europea alimentó la ilusión, asimismo, de una superación de las contradicciones nacionales, que llevaron a Europa a dos guerras mundiales. Una moneda única debía consagrar la unión pacífica de los explotadores de Europa, en una forma de ultraimperialismo, que debía servir al mismo tiempo para reforzar la capacidad del capital europeo para colonizar al este europeo abandonado por la ex URSS, y para rivalizar con el norteamericano. Sin embargo, el instrumento de combate al dólar -el euro- apareció en la crisis mundial como su contrario, como un factor de aceleración del derrumbe capitalista en el continente. En varias oportunidades, en la presente crisis, el euro fue salvado por una inyección de dólares desde la Reserva Federal de Estados Unidos.
Un sector del estalinismo (el eurocomunismo) y el trotskismo oficial (Mandel) vieron en la formación de la Unión Europea (UE) una expresión del desarrollo de las fuerzas productivas que acortaba el camino hacia una Europa socialista. Un fenómeno progresivo, no un fenómeno reaccionario. Esta concepción tuvo su expresión en el slogan de la “Europa social”, en oposición a la “Europa neo-liberal”. Había que inyectar “socialismo” a la “unidad” de Europa consumada por el capital. El palabrerío social pretendía ocultar el reforzamiento de la opresión contra las naciones más débiles y contra las masas en su conjunto, que implicaba la formación de la UE. La UE tampoco ha abolido las fronteras y estados nacionales; se ha servido de ellos. Los que rechazan la ruptura con la UE, con el argumento de que las viejas fronteras nacionales son reaccionarias, ignoran que la UE es el factor principal de preservación de estas fronteras y Estados. Sin la UE, el Estado capitalista en Grecia ya hubiera sucumbido; la UE es la adversaria principal del separatismo en el Estado español.
Una minoría de la izquierda (estalinismo ortodoxo, lambertismo) defendió, ante la UE, la “progresividad” de las fronteras nacionales precedentes. Se trató de una verdadera regresión ideológica, con la mitad de las naciones europeas bajo el control de la burocracia rusa y la existencia de varios estados que niegan el derecho a la autodeterminación de sus naciones componentes. Las viejas fronteras estatales dieron paso a dos guerras mundiales. La UE, repetimos, ha reforzado el carácter reaccionario de los viejos estados nacionales en Europa.
La UE, con su moneda, banco central y burocracia ejecutiva, es hoy el verdugo de los pueblos de Europa, junto al FMI, con sus planes sangrientos de austeridad. La lucha contra estos planes plantea políticamente la destrucción de la UE. La tentativa de la izquierda representada por Siryza, en Grecia, de conciliar el rechazo de la austeridad con la aceptación de la UE, solamente puede llevar a la capitulación. La Esquerra Republicana de Cataluña ha aprobado el presupuesto de ajuste del gobierno regional, mientras agita la inserción independiente de Cataluña en la UE. Sobre la base del rechazo a los planes de ajuste, el desconocimiento de la deuda usuraria, la expropiación de los bancos y la defensa de los derechos laborales, apoyamos y reclamamos la ruptura con la UE. Ninguna clase social, fuera del proletariado, puede acometer esta tarea. La ruptura con la UE será entonces un episodio de la revolución socialista.
El fascismo también agita contra la Unión Europea, pero solamente para fundar una campaña reaccionaria contra la inmigración y para fomentar el chovinismo, cuya base sigue siendo el nacionalismo histórico de cada país. En el límite, será el recurso último del capital ante la disolución de la UE, nunca un factor que la precipite. El fascismo no apunta a una fragmentación de Europa, sino a reconstituirla bajo la forma de protectorados. Es la política que hoy desarrolla la Troika, pero en el caso del fascismo con métodos de guerra civil e internacional.
La lucha contra la Unión Europea adquiere un carácter delicado en cuanto se refiere a las masas y a los países más pobres. Los explotados aún la ven como un factor que posibilita el ascenso social y la circulación hacia los países más avanzados y ricos. Aceptan, hasta cierto punto, la extorsión de la burguesía que presenta la disolución de la UE como una catástrofe. El progreso electoral de Syriza se ha debido en buena parte a su defensa de la UE, no solamente al llamado a formar un gobierno de izquierda contra los planes de ajuste. La generalización del desempleo y de la miseria social en los países más avanzados de la UE, así como la furiosa campaña contra la inmigración, incluso la comunitaria, va minando las ilusiones europeístas. Estas ilusiones deben ser reemplazadas por la confianza en la revolución -la única salida a la crisis capitalista. No es debilitando la confianza en la capacidad de un gobierno de trabajadores para salir de la crisis en el marco de la revolución, inicialmente, en un país, como la izquierda revolucionaria puede desenmascarar a la burguesía y progresar en la vía de la conquista de las masas.

Pablo Rieznik

Situación prerrevolucionaria en Grecia - Un análisis marxista

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Los acontecimientos en Grecia se sitúan una vez más en los titulares de los medios, después de otra jornada de huelga militante más y un nuevo "acuerdo" adoptado por la UE. Este acuerdo para reducir la deuda de Grecia es completamente inadecuado para resolver el problema y es un insulto a la clase obrera griega, que ha soportado años de recortes brutales ante las vacilaciones de la UE.
La única solución real a los problemas de Grecia es que la deuda se cancele y se expropie el capitalismo en Grecia y Europa. Este artículo, que se publicó en el segundo número de la revista In Defence of Marxism -la revista teórica de la Corriente Marxista Internacional- ofrece un análisis teórico de las fuerzas económicas y políticas que subyacen a la radicalización actual.
El centro de la revolución mundial se ha desplazado ahora hacia el continente europeo. La crisis del euro se parece a una interminable agonía, mientras un país tras otro se ve arrastrado en el torbellino. Las cumbres europeas “decisivas” se siguen una tras otra, cada una de ellas proclamando el fin definitivo de la crisis del euro. Las Bolsas suben por unas horas o días y luego vuelven a caer una vez más. El índice de las Bolsas europeas se parece a un termómetro que muestra la evolución de un paciente enfermo terminal.
Esta turbulencia en los mercados es un fiel reflejo del estado de ánimo de la burguesía, que se caracteriza por un nerviosismo extremo. Esto, a su vez, es un reflejo del hecho de que la crisis actual no tiene paralelo en su alcance, incluso superior a 1929-33. En muchos países europeos, la otrora anunciada "recuperación" ha sido inexistente. La burguesía se encuentra a la deriva en aguas desconocidas sin mapa ni brújula. El inevitable colapso del euro, en palabras de un estratega burgués, se convertiría en la mayor conmoción de nuestra época, amenazando con sumir al mundo en otra Gran Depresión.
Europa está en el ojo de la tormenta, pero Grecia en este momento se encuentra en su epicentro. Toda cadena se rompe siempre por su eslabón más débil y Grecia es el eslabón más débil en la cadena del capitalismo europeo. Es el hombre enfermo de Europa, aunque hay también cierto número de otros pacientes en cuidados intensivos o en espera de admisión. Con el tiempo, ningún país escapará a la catástrofe que se avecina.
Grecia ya ha experimentado cinco años de derrumbe económico y se halla empujada hacia abajo aún más con cada giro del círculo vicioso de la austeridad. Desde 2008, su PIB se ha reducido en casi un 20 por ciento. La producción industrial ha caído un 34 por ciento entre 2008 y el primer trimestre de 2012. El desempleo ha aumentado de forma espectacular hasta el 24 por ciento de la fuerza laboral, con la predicción de un aumento al 28 por ciento a finales de este año. El desempleo de los jóvenes entre 18 y 24 años se sitúa en el 55 por ciento. Los salarios mensuales del sector privado han caído entre un 50 y un 55 por ciento. Medio millón de trabajadores no han cobrado desde hace más de tres meses. Hospitales sin medicamentos, tiendas sin comida y escuelas sin libros. El conjunto de la sociedad griega se está desmoronando. Estas condiciones han provocado ya 18 huelgas generales y han dado lugar a una situación prerrevolucionaria - la primera en Europa desde hace 35 años. Es el reflejo de lo que va a suceder en el resto de países. Esto significa que la revolución europea, con todo tipo de cambios y giros, ha comenzado.
Dada la situación prerrevolucionaria en la que se encuentra Grecia, ¿cuáles son sus características? En primer lugar, hay una crisis aguda del régimen y una creciente inestabilidad social. La conciencia de los trabajadores comienza a adecuarse con la situación objetiva, no gradualmente sino a grandes saltos. Las masas empiezan a salir de su vieja rutina y se vuelven cada vez más radicalizadas. En tal situación, un partido revolucionario podría ponerse a la cabeza de las masas y preparar el camino para la toma del poder. No obstante, cuando tal partido no está presente, una crisis prerrevolucionaria puede durar por un período de tiempo prolongado, pasando por diversas etapas de flujo y reflujo de la lucha de clases. Ese fue el destino de la revolución española entre 1931 y 1937.

El análisis de Trotsky

En el período anterior a la segunda guerra mundial, Trotsky analizó cómo una situación revolucionaria puede surgir a partir de una prerrevolucionaria:
”La situación revolucionaria sólo se da cuando las condiciones económicas y sociales que permiten la revolución provocan cambios bruscos en la conciencia de la sociedad y de sus diferentes clases. ¿Qué cambios?
a) Para nuestro análisis tenemos que tener en cuenta las tres clases sociales: la capitalista, la clase media o pequeña burguesía, el proletariado. Son muy diferentes los cambios de mentalidad necesarios en cada una de estas clases.
b) El proletariado británico sabe muy bien, mucho mejor que todos los teóricos, que la situación económica es muy grave. Pero la situación revolucionaria se desa­rrolla sólo cuando el proletariado comienza a buscar una salida, no sobre los carriles de la vieja sociedad sino por el camino de la insurrección revolucionaria contra el orden existente. Esta es la condición subjetiva más importante de una situación revolucionaria. La intensidad de los sentimientos revolucionarios de las ma­sas es uno de los índices más importantes de la madu­rez de la situación revolucionaria.
c) Pero la etapa siguiente a la situación revoluciona­ria es la que permite al proletariado convertirse en la fuerza dominante de la sociedad, y esto depende hasta cierto punto (aunque menos en Inglaterra que en otros países) de las ideas y sentimientos políticos de la clase media, de su desconfianza en todos los partidos tradicionales (incluyendo al Partido Laborista, que es refor­mista, vale decir conservador) y de que deposite sus esperanzas en un cambio radical, revolucionario de la sociedad (y no en un cambio contrarrevolucionario, o sea, fascista).
d) Los cambios en el estado de ánimo de la clase media y del proletariado corresponden y son paralelos a los cambios en el estado de ánimo de la clase domi­nante. Cuando ésta ve que es incapaz de salvar su sistema, pierde confianza en sí misma, comienza a desin­tegrarse, se divide en fracciones y camarillas.”
Más adelante Trotsky explica:
”No se puede saber por adelantado, ni indicar con exactitud matemática, en qué momento de estos procesos está madura la situación revolucionaria. El partido revolucionario sólo puede descubrirlo a través de la lu­cha por el crecimiento de sus fuerzas e influencia so­bre las masas, sobre los campesinos y la pequeña burguesía de las ciudades, etcétera; y por el debilitamiento de la resistencia de las clases dominantes.” (León Trotsky “¿Qué es una situación revolucionaria?”, noviembre de 1931)

El ascenso de Syriza

La aparición de una crisis prerrevolucionaria en Grecia se vio reflejada en los acontecimientos del último periodo. La creciente oposición a las medidas de austeridad del gobierno del PASOK dio lugar a su caída y a la llegada al poder del gobierno tecnocrático de Papademos, lo cual logró mantener la línea tan sólo por un período muy breve, dando lugar a nuevas elecciones. Las primeras elecciones en mayo vieron una dramática caída en el apoyo a los partidos tradicionales, lo que produjo una parálisis parlamentaria. El impresionante aumento en el apoyo a Syriza, que en su mayor parte proviene de los trabajadores y jóvenes radicalizados, aterrorizó a la burguesía griega e internacional. La perspectiva de una coalición de izquierda constituía un anatema. Esto dio lugar a una campaña masiva por parte de los capitalistas griegos, apoyados por el capital internacional, para desacreditar a Syriza en la segunda ronda.
"Queríamos elecciones pronto, porque después de junio habría un gobierno bolchevique", declaró Chryssanthos Lazarides, el asesor jefe de Nueva Democracia. El objetivo de esta campaña de miedo era aterrorizar a la población para que votara a Nueva Democracia. La segunda vuelta de las elecciones de junio vio una polarización masiva. Mientras que Nueva Democracia aumentó sus votos respecto a sus resultados de mayo para ganar las elecciones, lo hizo asustando a los sectores más atrasados ​​políticamente de las capas medias para que votaran a ND. Sin embargo, las elecciones también representaron un gran impulso para Syriza. Dadas sus raíces en la tradición comunista griega, esto refleja una mayor radicalización de las masas.
La victoria electoral de Samaras sólo puede describirse como una victoria pírrica. Mientras que la derrota de Syriza es probable que señale una pausa temporal en la lucha de masas, sobre todo después de las batallas agotadoras de los dos años anteriores, pero que no va a ser de larga duración. Nuevas batallas se perfilan mientras las masas griegas buscan una salida a la crisis.
La troika formada por el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional y la Comisión Europea es absolutamente odiada en Grecia. La nueva coalición de derecha de Nueva Democracia, PASOK, e Izquierda Democrática, constituye un gobierno traidor inestable que ha abandonado inmediatamente su promesa electoral de renegociar el Memorando. En realidad, las elecciones no han solucionado nada. La inestable base social de Samaras es muy frágil a la hora de lanzar una nueva ofensiva contra la clase obrera griega. Él ha prometido nuevos recortes de austeridad de 3 000 millones de euros para el resto de 2012 y de 11 600 millones para los siguientes dos años. Sin embargo, esto ya ha provocado la renuncia del viceministro de Trabajo y jefe del programa de privatización en cuestión de semanas después de asumir el cargo. El apoyo electoral de la coalición comenzará rápidamente a erosionarse.
Syriza se ha convertido en un punto de referencia para los militantes avanzados y jóvenes radicalizados, que han comenzado a entrar en sus filas. El PASOK, que era el partido de masas de los trabajadores, se ha reducido en tamaño e influencia. Su entrada en la coalición encabezada por Nueva Democracia continuará este proceso. El apoyo de la clase obrera a Syriza se puede ver en los votos que obtuvo en las áreas proletarias fuertes de Atenas y otros lugares. Muchos de los antiguos partidarios del PASOK se han desplazado a Syriza. El partido ahora espera reclutar entre 40 y 50 000 nuevos miembros en los próximos meses a través de asambleas locales. Tiene el potencial para convertirse en el nuevo partido de masas de la izquierda. Sin embargo, la dirección del partido sigue estando dominada por los reformistas, que han traído consigo las peores características del antiguo partido eurocomunista, Sysnaspismos.
Syriza hoy se compone de diferentes tendencias de derecha a izquierda. Tsipras, el popular líder de Syriza, ha tenido éxito en labrarse el apoyo mediante la proyección de una imagen de izquierda y de oposición a la austeridad. Se sitúa a la izquierda, pero hay que decir que su programa es confuso. En una situación tan alarmante, tal confusión es peligrosa. Su promesa de renegociar el Memorando al mismo tiempo que promete permanecer dentro de la eurozona es un reflejo de ello. Cualquier renegociación está completamente descartada por Bruselas y Berlín, que exigen que Grecia pague sus deudas en su totalidad. No pueden tolerar cambios reales en los compromisos de reducción de la deuda de Grecia porque Portugal, Irlanda y el resto de miembros endeudados exigirían el mismo trato. Esto daría lugar a una desintegración mucho más rápida del euro e incluso de la Unión Europea en algún momento.
Cualquier rechazo del Memorando significaría que Grecia quedaría expulsada no sólo de la eurozona sino también de la UE, aislada de los mercados internacionales de dinero e incapaz de pedir dinero prestado para pagar los salarios y las pensiones. Todos los intentos por encontrar un solución "realista" dentro de los límites del capitalismo sólo acabarán en desastre. El resultado final, sobre una base capitalista, se parecería a un colapso como el de Alemania en 1923, con caídas drásticas en los niveles de vida e hiperinflación. Grecia tendría todas las de verse empujada hacia una situación revolucionaria.
”El desarrollo económico de la sociedad es un pro­ceso muy gradual, que se mide en siglos y décadas”, explicaba Trotsky. “Pe­ro cuando se alteran radicalmente las condiciones eco­nómicas, la respuesta psicológica, ya demorada, puede aparecer muy rápido. Y así sucedan rápido o lentamen­te, esos cambios inevitablemente deben alterar el estado de ánimo de las clases. Solo entonces tenemos una situación revolucionaria.” (Ibíd.)
La tendencia de izquierda más importante dentro de Syriza, dirigida por Panagiotis Lafazanis, exige un retorno al dracma como una solución a los problemas de la deuda. Pero esto sólo sería otro camino hacia la ruina para los trabajadores sobre la base del capitalismo. El valor de un nuevo dracma se hundiría, lo que provocaría una nueva caída del nivel de vida. Para la clase obrera, no se trata de estar dentro o fuera del euro. De cualquier manera, los trabajadores perderían. El problema al que se enfrenta el pueblo griego no es un problema de moneda, sino una crisis del sistema capitalista. Este enfoque confuso en cuestiones vitales en nombre de la izquierda griega sólo empeorará las cosas y no ofrece ningún camino a seguir para los trabajadores.

Un programa marxista

Desde el punto de vista del día a día, la situación económica de las masas se vuelve cada vez más grave. La crisis sacude a las masas de su apatía pasada en todas partes. Hay un creciente fermento en la sociedad, en especial entre las clases trabajadora y media. Un estado de ánimo crítico se está desarrollando rápidamente, junto con un cuestionamiento del sistema capitalista, algo que no se daba antes. Se trata de cambios repentinos y bruscos en la situación, como explicó Trotsky, que crean una conciencia revolucionaria entre las masas. Esto constituye la característica esencial de una crisis prerrevolucionaria en la sociedad.
Las sectas ultraizquierdistas están gritando acerca de la amenaza inmediata del fascismo. Son como el tonto ruso que cantaba canciones fúnebres en las bodas y en los funerales canciones de boda, y era duramente vapuleado en ambas ocasiones. Mientras que durante el próximo período veremos una fuerte polarización hacia la izquierda y hacia la derecha, como en Grecia y Francia, no hay ninguna posibilidad de reacción fascista o bonapartista en Europa en el futuro inmediato. Si bien, a diferencia de las sectas, no hay que exagerar el crecimiento del fascismo griego alrededor de Amanecer Dorado, constituye sin embargo una advertencia a la clase obrera de lo que podría venir si no se dirige hacia la toma del poder.
Hoy en día, el equilibrio de fuerzas en la sociedad está abrumadoramente a favor de la clase obrera. Las reservas sociales de la reacción son muy pequeñas en comparación. El campesinado ha quedado reducido, mientras que la clase obrera ha crecido enormemente en fuerza y ​​cohesión. No obstante, si a lo largo de cierto número de años, no hay ninguna solución a la vista, sectores atrasados ​​de las clases medias podrían llegar a desesperarse y de la desesperación podrían girar hacia la reacción. La clase dominante griega, ante la inestabilidad sin fin, la agitación social y los conflictos laborales, comenzaría a prepararse para la reacción. Entonces, se promovería el lema del “orden” y los complots y conspiraciones harían su aparición, como la conspiración Gladio en la década de 1970. Luego, en un momento dado, podrían avanzar hacia un golpe militar, como en 1967, con las bandas fascistas como auxiliares. Pero teniendo en cuenta las tradiciones revolucionarias de Grecia, semejante provocación conduciría a la guerra civil, y la clase dominante no estaría segura de ganarla. ¡Esta es una advertencia! Pero esta no es la música del presente, sino la del futuro.
Durante el próximo período, todos los partidos, incluyendo Syriza, serán puestos a prueba. Desde las últimas elecciones, la dirección de Syriza ha moderado su posición, abandonando la demanda de la nacionalización de los bancos y sustituyéndola por el "control" y reemplazando la cancelación del Memorando por una "renegociación". Esta es una pendiente resbaladiza. No existe solución para las masas griegas sobre la base del capitalismo, ya sea dentro o fuera del euro. El capitalismo griego se halla demasiado enfermo como para poder permitirse el lujo de reformas. Por el contrario, una austeridad viciosa es lo que está en la agenda, ya sea dentro de la UE o fuera. Sostener otra cosa es engañar a la clase obrera, pues no hay término medio en esta situación.
Los acontecimientos también provocan debates y cuestionamiento dentro del Partido Comunista griego, el KKE, que ha desempeñado un papel muy sectario hasta ahora. La pérdida del 50% de sus votos entre mayo y junio ha generado agitación en sus filas. Los dirigentes del KKE se han negado a defender la política leninista del frente único hacia Syriza, limitándose a decir que el aumento de Syriza no representa más que otra formación de "centroizquierda" promovida por elestablishment para reemplazar al PASOK. Todo este enfoque huele a estalinismo del "Tercer Período", lo cual sólo puede servir para dividir el movimiento obrero, con consecuencias trágicas. El KKE tiene importantes raíces históricas en la clase obrera, construidas a lo largo de varias generaciones. En base a los acontecimientos, los militantes de base del partido entrarán en conflicto con el sectarismo de sus dirigentes. Sólo de esta manera serán capaces de desempeñar un papel clave en la revolución griega.
A pesar de todos los intentos de la burguesía para impedir que una coalición de izquierda llegara al poder, tarde o temprano, un gobierno de izquierda dirigido por Syriza surgirá. Esto abrirá una nueva etapa de la revolución griega. Tan pronto como llegue al poder, estará bajo la intensa presión de los trabajadores, por un lado, y de los capitalistas, incluido el capital internacional, por el otro. El gobierno de izquierda se verá obligado a tomar una decisión: o capitular ante la presión de los banqueros y los capitalistas, o movilizar a las masas para abolir el capitalismo. Esta es la cruda realidad. En una crisis tan grave, existe sólo una salida. Cualquier intento de jugar con el capitalismo y simplemente limitar su funcionamiento a través de medidas parciales sólo empeorará las cosas. Si un gobierno de izquierda no logra derrocar al capitalismo, y se ve obligado a operar dentro de sus límites, enajenará su apoyo, los trabajadores y la juventud, enajenará a las clases medias y allanará el camino para el retorno al poder de la derecha. Por supuesto, cualquier nuevo gobierno de derecha no va a resolver el problema y no duraría mucho tiempo tampoco.

Efecto electrizante

Hoy en día, los marxistas en Grecia participan plenamente en Syriza, también están realizando trabajo en los barrios, escuelas, universidades y sindicatos. Están decididos a construir el partido y a armarlo con un programa marxista como la única forma de avanzar. Esto significa el repudio del Memorando y la nacionalización de los bancos y los grandes monopolios - las palancas fundamentales de la economía - sin compensación y la organización de un plan socialista de producción bajo el control de los comités de trabajadores, pensionistas, estudiantes, así como de representantes de las pequeñas empresas. Esto pondría el poder en manos de la clase obrera griega. Dicho programa tendría un efecto electrizante en toda Europa, sumida en la crisis, empezando por España, Portugal, Italia y Francia. Tendría un impacto mundial similar a la revolución rusa de octubre de 1917. Habría una pronta respuesta a un llamamiento revolucionario a los trabajadores y a la juventud de todos los países para seguir el mismo camino y tomar el poder en sus manos. Ya no queda más espacio para el reformismo. Sólo un audaz programa revolucionario internacionalista puede resolver la crisis en interés de las masas.
En la actualidad, tras dos años de lucha, incluyendo 18 huelgas generales, y el revés sufrido en el frente electoral, la clase obrera griega está tomando un respiro momentáneo. Sin embargo, esta tregua no durará ya que las condiciones son demasiado graves. No puede haber un gobierno estable sobre la base de la terrible crisis del capitalismo griego. Esto queda descartado.
Mientras tanto, a la clase obrera se le presentarán numerosas oportunidades para llegar al poder. No habrá escasez de situaciones revolucionarias. No es necesario explicarles a las personas que lo han perdido todo que un cambio fundamental es necesario - no soluciones parciales o lemas "astutos", sino que la completa destrucción del sistema actual es lo que se necesita. Es esencial que las fuerzas del marxismo griego se construyan lo más rápidamente posible. Los trabajadores y la juventud, empezando por las capas más avanzadas, tienen que ser ganados para la corriente marxista mediante un trabajo sistemático y enérgico.
La revolución griega en desarrollo ha demostrado que hemos entrado en una nueva época de guerras, revolución y contrarrevolución, y hoy la clave de la situación del mundo se encuentra en Europa, empezando por Grecia.
El capitalismo ha reanudado su agonía prolongada, una carga para las masas con una fatiga insoportable. La lucha de los estrategas del capital para encontrar una manera de salir del impasse significará imposiciones adicionales sobre los hombros de la clase obrera. Todo está preparado para las batallas y luchas de clase en un nivel no visto desde la Revolución Rusa. Acontecimientos, acontecimientos y más acontecimientos, sacudirán a todas las clases hasta sus mismos cimientos. Las condiciones objetivas para la revolución mundial no están simplemente maduras, sino que lo están ya en exceso. El sistema capitalista está en un callejón sin salida, que se refleja en la profunda crisis y la existencia de millones de desempleados.
La nueva generación tiene que armarse para las luchas venideras. La teoría y el programa del marxismo se convertirán en un arma inestimable en su arsenal revolucionario. Los jóvenes, que están siendo exprimidos y desechados por el capitalismo, están destinados a jugar un papel clave. Su entusiasmo e inspiración se deben incorporar a las organizaciones de la clase obrera. "Sólo el entusiasmo fresco y el espíritu agresivo de los jóvenes pueden garantizar los éxitos preliminares en la lucha", explicó Trotsky, "sólo estos éxitos pueden devolver los mejores elementos de la vieja generación al camino de la revolución." Ganadas a la bandera del socialismo revolucionario, las organizaciones de los trabajadores pueden transformarse en organizaciones de lucha. Estamos a favor de la completa emancipación material y espiritual de la clase obrera a través de la revolución socialista. Sin esto, una catástrofe amenaza a toda la cultura de la humanidad. No hay tarea más grande que podamos tener ante nosotros.

No a la Europa de los banqueros y los capitalistas!

¡Por unos Estados Unidos Socialistas de Europa!

In defence of Marxism

Alexandra Nariño: "Queremos la paz con justicia social"

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Vídeoentrevista a la guerrillera holandesa de las FARC [26 min.]

RT ha hablado con Tanja Nijmeijer, la guerrillera Alexandra. En la primera entrevista concedida a una cadena televisiva, Alexandra explicó su percepción del diálogo de paz y el futuro de la organización, entre otros asuntos.
La guerrillera Alexandra indicó que son muy optimistas respecto a este nuevo intento de diálogo en La Habana, orientado a encontrar un camino hacia la paz y que “se ve en Colombia que el pueblo ya no aguanta más esta guerra y que el mismo pueblo está pidiendo la paz, se ve una guerra de movilización social del pueblo colombiano, que queremos que nos acompañe en este intento de diálogo, y eso es lo que va a pasar”.
En esto consiste, según ella, la gran diferencia en comparación con anteriores procesos de paz, ya que la gente sale a la calle a protestar y “como que perdió el miedo al terrorismo de Estado porque no aguanta más”.
Además, la situación en Latinoamérica ha cambiado y eso, aseguró Nijmeijer, ayuda bastante a las FARC para “entenderse con el Gobierno colombiano, en el acompañamiento de los cubanos, de Venezuela, de todos los países de Latinoamérica”.
La guerrillera cree que “donde hay voluntad, hay camino”, o sea, “donde hay dos partes que muestran su voluntad de hacer la paz, tiene que poder haber una solución”.

Justicia social

Tanja Nijmeijer explicó que las FARC no están haciendo la guerra porque quieran la guerra, “queremos la paz, pero la paz con justicia social y eso es lo que nunca se ha dado en Colombia”.
“Si una persona a usted le pega, por ejemplo, y usted en legítima defensa le pega también, entonces la persona a la que le iban a pegar tiene que recibir castigo por esa defensa. Eso es un ejemplo para mostrar cómo vemos nosotros la guerra en Colombia y la parte que nosotros tenemos en ella, como una defensa”, explicó.

Futuro de las FARC

Si el proceso de paz concluye con éxito y llega la hora de la desmovilización, la guerrillera aseguró que las FARC simplemente continuarán con sus tares ya que “en primer lugar somos políticos”.
“Los fusiles para nosotros son unas cosas de hierro, unos fierros, que no son necesarios. Son necesarios en los momentos en que no nos dejan hacer política de otra forma. Pero si nos dejan hacer política de otra forma, pues los botamos y seguimos haciendo la política, como movimiento político, porque es lo que somos”, destacó.

¿Comunismo o capitalismo?

Tanja Nijmeijer dijo que las FARC aparecieron como una organización comunista que tiene un reglamento, una cartilla militar que son “las normas y reglas para los guerrilleros de las FARC en todos los escalones, desde el comandante Timoleón hasta el guerrillero que ingresó ayer”, pero indicó que muchas veces se ven infracciones en estas normas.
“Si algún camarada tiene algún comportamiento que se ve como salido, no muy bueno, puede ser de machismo o de cosas, como usted dijo, del capitalismo, de querer tener cosas, no pensar en el colectivo, entonces allí se le llama la atención y los otros camaradas lo van criticando y se hace la autocrítica correspondiente y se resuelven los problemas”, agregó.

El narcotráfico

Ante las acusaciones tanto del Gobierno colombiano como del estadounidense, de que las FARC viven por el narcotráfico, la guerrillera comentó que sus ingresos se deben a la ley 002, según la cual “cada persona que se gana más de un millón de dólares, tiene que pagar un impuesto revolucionario a la guerrilla”.
Según Tanja Nijmeijer, en las zonas cocaleras, donde solamente hay coca, la guerrilla pide un impuesto revolucionario a los mafiosos, que ganan mucho dinero con este negocio. “Entonces, digamos, es este lazo entre la guerrilla y la coca”, subrayó destacando que en otras zonas, donde hay otros negocios, se levantan otros impuestos.

Orgullo de guerrillera

Tanja Nijmeijer declaró estar orgullosa de ser guerrillera y relató que se trata del orgullo de pertenecer a una organización que, “a pesar de tanta saña mediática, a pesar de un terrorismo de Estado, a pesar de tanto dinero que le han gastado a pelear contra nosotros, nunca nos hemos rendido y siempre seguimos peleando por lo que creemos que es justo y eso a mí me hace sentir muy orgullosa” ya que además “tenemos cultura, tenemos libros, tenemos canciones, cientos de canciones, tenemos gente, gente buena, capacitada, mujeres lindas, revolucionarias”.
Lo más importante para Nijmeijer es estar dentro de las filas guerrilleras, el hecho de recibir el reconocimiento de los mismos guerrilleros por la solidaridad internacional. “Estoy haciendo cualquier tarea y me llega alguno a decir: ’Me siento orgulloso de que usted esté aquí, me siento bien que nosotros sentimos que no estamos solos en esta lucha, con todo lo que dicen los medios, con toda la mala propaganda que nos hacen y usted ha venido acá a apoyarnos’”, concluyó.

María Stárostina
RT


La internacionalización de la guerra contra Siria.

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El análisis de James Petras

Efrain Chury Iribarne: Como todos los lunes a las 11:30 horas estamos saludando y dando la bienvenida a James Petras. Buenos días, ¿cómo está?
James Petras: Buenos días, estamos muy bien, esperando la llamada desde CX36 para comenzar, sin perder más tiempo.
EChI: Imagino que tienes unos cuantos temas, pero para podría hacernos una puesta a punto de la situación en Siria. ¿Sigue todo igual?
JP: Bueno, cada día se suma algo vinculado con la actividad de los países de la OTAN, dando respaldo en una u otra forma a los invasores terroristas que vienen de afuera y que conectan con los fundamentalistas externos e internos.
El tema es que ahora la mayoría de los gobernantes en Europa, han reconocido a los terroristas como si existieran como gobernantes, y es más: siguen canalizando dinero y armas a partir de Turquía. En tanto, Turquía quiere poner misiles enfrente a Siria, pero los rusos avisaron a los turcos que esa es una medida peligrosa, puede afectar la seguridad de Rusia, porque tener misiles avanzados desde el pretexto que son contra Siria podrían apuntarlos hacia Rusia.
Entonces hay dos hechos importantes. Primero es la internacionalización de la guerra contra Siria, extendiéndola más allá de las fronteras e involucrando los grandes poderes con mayor posibilidad de detonar una guerra amplia. En segundo lugar está el hecho de cómo manipulan la noticia y como la interpretan, los medios de comunicación de masas. Cuando hablan de ‘rebelión legítima’, sólo lo aplican a los invasores de Siria, pero cuando hablan de Gaza defendiéndose de los asaltos de Israel, hablan de ‘los terroristas de Hamas’. Pero lo que uno tiene que decir frente a eso, es que las acusaciones de terroristas están mejor aplicadas a los atacantes en siria que a las fuerzas democráticas elegidas abiertamente en Gaza.
Ahora, más allá de Siria, debemos anotar una cosa: la invasión de Siria era la señal verde para que Israel lance su ataque contra los palestinos en Gaza. Nethanyahu está aprovechando de las nuevas ofensivas imperialistas contra Siria, contra Libia, para repetir la misma cosa contra Gaza. Utilizar la fuerza aérea, destruir la vida pública, imponer un gobierno títere si pudiera y no lo alcanzó, etc.; esa era la idea de combinar
Las agresiones en Gaza con lo que está haciendo OTAN contra los gobernantes, primero en Libia y ahora en Siria y apuntando hacia mayores agresiones hacia Irán. Entonces no debemos desvincular lo que está pasando en el pueblo sirio con lo que está pasando con el pueblo en Gaza, las dos cosas forman parte de una ofensiva generalizada contra los gobiernos independientes en el Medio Oriente.
EChI: ¿Qué visión tiene sobre la agresión israelí a Gaza y este cese al fuego?
JP: En relación con eso, debemos anotar muchas cosas de gran trascendencia. Primero está el hecho de que los miembros del gabinete de Israel e importantes periodistas vinculados con el oficialismo, justificaron el bombardeo como un paso hacia la limpieza étnica de los palestinos de todo el territorio que antes se llamaba Palestina. Tenemos que decir que esta agresión de Israel forma parte de una estrategia de destruir la vida posible en Gaza para forzar la salida de la población y esa política es oficial. No es algo de algunos locos sueltos, o de algún rabino loco. No. Son declaraciones hechas por figuras dentro del gabinete, altos oficiales, funcionarios, religiosos y hasta la gran mayoría de los israelíes judíos en las calles, dicen textualmente “debemos expulsarlos”, otros dicen “debemos destruir todo lo que se mueve en estas regiones”. Y no hay duda que dieron pasos en esta dirección. La última noticia que tenemos es que se han destinado más de 1.2 mil millones de dólares en destrucción.
Doscientas casas destruidas totalmente, ocho mil con daños graves; tenemos casi mil quinientos muertos y heridos; todo eso más allá de los 1.5 millones de niños y personas adultos traumatizados por las bombas y el terrorismo.
Es parte de la estrategia de expulsar a los palestinos árabes, totalmente fuera de su territorio.
Es parte el plan de los que llaman los sionistas la “Gran Israel” que va desde el río Jordan hasta el mediterráneo; y más hacia el norte, hasta Líbano, Siria, etc.
Esa es la fantasía de los líderes del gobierno de Israel, y no sólo del gobierno, hay que reconocer que el 80% de la población judía en Israel apoyó con varios grados de intensidad esta guerra contra Gaza. No es que siempre los líderes sean los malos y los ciudadanos judíos los buenos. Unos y otros tienen responsabilidad y sabían que estaba apoyando el genocidio, no pueden decir que no sabían, como algunos alemanes decían después de la Segunda Guerra Mundial que no sabían de los hornos, de los campos de concentración, etc. Todos los días la televisión está mostrando el poder destructivo de los misiles y de las bombas israelitas. Entonces, un gran porcentaje de la población es cómplice.
Además, a diferencia con el pasado cuando organizaciones internacionales humanitarias condenaron este tipo de genocidio y agresividad, esta vez en Europa todos los países de la OTAN apoyaron a Israel. Y en los Estados Unidos no se alzó ni una voz en el Congreso, en el Senado ni en la Casa Blanca que condenara a Israel. Eso muestra el poder del sionismo internacional que ha ganado tanta influencia política a partir de su penetración de estructuras de poder económico y mediáticos.
Por esa razón es una gran tragedia lo que pasó, pero podríamos decir que la resistencia Palestina era muy heroica en la capacidad de enfrentar a Israel a pesar de la gran desigualdad en armas y poderío. Pero de todos modos no debemos estar demasiado confiados en este cese al fuego, porque Israel enseguida mató a un palestino en Gaza, desarmado, y han lanzado balas de fuego contra palestino pacíficos que protestaban en Gaza, hiriendo varias docenas. Han asaltado y encarcelado a más de ochenta acusados de ser militantes de Hamás.
Es decir, siguen con las agresiones y el proceso de eliminar a los palestinos como factor en los territorios ocupados. No hay cese al fuego por los israelitas en términos de eliminar y actuar con violencia contra los palestinos tanto en Gaza como en la franja occidental.
EChI: ¿Se puede pensar que Irán está en pausa, en cuanto a la actitud agresora del sionismo?
JP: Bueno, Irán sigue siendo una de las principales fuerzas que apoyan en forma consecuente a los palestinos. Irán es fuente de apoyo de armas para Hamás en Gaza, los misiles en gran parte vienen de Irán para metas defensivas. Irán sigue apoyando a los palestinos en los foros internacionales. Irán es un país que no ha dado ni un paso atrás.
Pero siguen aplicando las sanciones contra Irán, supuestamente por su programa de enriquecimiento de uranio, pero la verdadera razón de la agresión norteamericana contra Irán es su apoyo a los palestinos. Esa es la verdadera razón por la que los sionistas apuntan hacia Irán en los Estados Unidos.
No puedes interpretar la agresión norteamericana ni las sanciones de Europa contra Irán, si no la vinculamos con la política iraní hacia los palestinos. Y una vez que uno descarta Palestina, no podríamos considerar ningún otro factor. Irán no ha dejado de apoyar a los palestinos a pesar de las sanciones, las agresiones y la infiltración por parte de los comandos armados contra el gobierno elegido de Irán.
EChI: El 13 y 14 de diciembre en Argentina se hace una reunión anti OTAN (1) ¿Qué objetivo tiene? ¿Por qué se hace en Argentina, que parece tan lejo de la OTAN?
JP: Bueno, la OTAN comenzó como una alianza militar apuntando hacia Rusia, pero después de la caída de la Unión Soviética la OTAN se globaliza. Es decir, las actividades militares de OTAN no son solamente en territorio europeo, desde las guerras en Medio Oriente, en África del Norte, en el Sur de Asia, desde Afganistán, Irak, Libia, etc., OTAN tiene ambiciones de ser un ejército internacional vinculado con los proyectos imperialistas. Como la OTAN es ya una institución militar involucrada en el Medio Oriente, en Asia, están buscando otras áreas donde podrían formar lo que ellos llaman ‘asociados’. Y los ‘asociados’ son gobernantes que se vinculan con OTAN sin ser miembros completos, pero colaboran ofreciendo bases, prestando soldados y apoyando las agresiones de OTAN.
Por ejemplo, un ‘miembro asociado’ es Ucrania, que apoya con tropas las agresiones contra Afganistán; en otros casos hay gobiernos asociados como el de Georgia, que también brinda apoyo a OTAN sin ser miembro completo. Entonces se ubica OTAN en América Latina ahora preparándose para ver si pescan algún ‘asociado’ entre los países de la región, y va a ser interesante ver como empiezan a evolucionar a partir de esta reunión, las conversaciones con los países y militares latinoamericanos para crear algunos asociados.
Obviamente no van a tener mucha resonancia en Venezuela pero hay otros gobernantes o militares que se prestarían para aceptar esta oferta.
EChI: No se si tiene algún otro tema en el que esté trabajando y quiera comentarnos.
JP: Bueno, hay dos temas que son importantes.
Uno es lo que está pasando con los conflictos en Egipto ahora, es muy complejo.
El señor Mohamed Morsi (presidente de Egipto), musulmán, colaborador con Estados Unidos y el Fondo Monetario; tiene un Consejo, una Asamblea, formado en su mayoría por musulmanes derechistas para redactar una nueva Constitución. Ahora, en frente tiene dos tipos de oposición, unos son los Jueces y la Policía, estructura represiva que viene de la época de Hosni Mubarak que quiere bloquear cualquier cambio en la estructura institucional, representan las fuerzas derechistas autoritarias del pasado. Al mismo tiempo, hay un oposición entre las fuerzas seculares, liberales e incluso de izquierda, contra las medidas autoritarias del gobierno. Entonces tenemos una mezcla de izquierda y derecha enfrentando al Presidente electo, que está tratando de consolidar las instituciones políticas existentes. Creo que es peligroso para la izquierda, meterse en esta protesta junto a los jueces mubarakistas, porque al final de cuentas ellos van a ser carne de cañón para desplazar a Morsi pero con un gobierno más a la derecha.
Las fuerzas norteamericanas quieren mantener a Morsi en el poder porque tiene una base importante musulmana, se presta a las agresiones imperiales, pero al mismo tiempo quiere fuerzas de la derecha mubarakista que podrían neutralizar algún viraje populista entre los musulmanes. Entonces, Washington sigue apoyando a Morsi contra las protestas, pero avisándole que tiene que retirar las medidas hacia el Poder Judicial, está tratando de mantener las dos cosas: que los mubarakistas sigan controlando importantes porciones del Estado y también Morsi, para servir e implementar el trato con Israel y la política neoliberal en marcha.
No es una simple lucha entre democracia y autoritarismo, es mucho más complejo. Lo que falta en esta situación es la movilización de las fuerzas populares, izquierdista, independientemente de los jueces mubarakistas y del gobierno actual musulmán y reaccionario.
Otro tema del que quería hablar hoy, es lo que está pasando en Argentina, donde tenemos una amplia gama de fuerzas entre la clase media y alta de Buenos Aires, el sector agrario y las fuerzas de los medios de comunicación de masas, con una porción de la izquierda movilizando y tratando de desestabilizar el gobierno de Cristina Fernández. Mientras tanto la huelga general y las protestas crean una situación un poco precaria, el Fondo Monetario y los banqueros norteamericanos están amenazando con tomar el control de los activos argentinos en el exterior como parte de un Juicio, apoyando a los acreedores que no firmaron el pacto.
Entonces tenemos una situación de desestabilización entre organizados desde afuera, desde los Estados Unidos, incluyendo Repsol que es la empresa española, y las fuerzas reaccionarias internas. Y contra eso Cristina Fernández tiene un sector sindical que la apoya pero mucha gente popular, que en laguna forma se beneficiaron de las pensiones y los pagos contra la pobreza, pero se sienten inmovilizados por la incapacidad del gobierno de controlar la inflación y otras situaciones que están perjudicando.
Entonces, no es lo mismo que en el año 2001 ni mucho menos del año 1976; recordemos que en 1976 hubo condición del golpe de Estado y en 2001 un levantamiento popular; pero actualmente es algo que tiene metido golpistas y sectores de la derecha civil y el respaldo de Estados Unidos. Entramos en una situación muy precaria, porque entre el gobierno centrista y la derecha, no aparece una opción desde la izquierda que pudiera intervenir. Mientras que los izquierdistas que están haciéndole el juego con la derecha, me parecen sumamente idiotas. Lo digo abiertamente, son idiotas porque son los tontos útiles de la derecha que van a utilizarlos como parte de su frente y van a descartarlos si tienen éxito de desplazar al gobierno de Cristina.
Es un dilema para la izquierda el definir cómo actuar en esta situación.
EChI: Agradecemos profundamente sus aportes, los datos que nos ha dado en el día de hoy y nos despedimos con el compromiso de reencontrarnos la semana próxima.
JP: Gracias. Un saludo a toda la audiencia, a los trabajadores. Hasta el lunes.

(*) Escuche en vivo los lunes a las 11:30 horas (hora local) la audición de James Petras por CX36, Radio Centenario desde Montevideo (Uruguay) para todo el mundo a través de www.radio36.com.uy

Notas de Redacción:

(1) Conferencia Intercontinental: “Paz, Desarme y Alternativas Sociales ante la OTAN Global”, 13 y 14 de diciembre de 2012. Buenos aires. Argentina.

Niemeyer, una arquitectura convencida y nuestra

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Oscar Niemeyer en su juventud

De curva en contracurva, se fue uno de los máximos referentes de la arquitectura brasileña y su legado debe ser transformado en insumo para nuestra cultura.
"Niemeyer fue más que un arquitecto, fue un amante de la vida y un incansable defensor de la igualdad entre todos los seres humanos" ("Niemeyer foi mais do que um arquiteto, foi um amante da vida e um incansável defensor da igualdade entre todos os seres humanos") dice la reciente declaración del Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra de Brasil, que recuerda su figura como a "un amigo".
Con 104 años encima, este arquitecto decía tan sencillamente que "la vida es un soplo". Su larga trayectoria y su inagotable trabajo lo convirtieron no sólo en uno de los arquitectos más reconocidos del mundo, sino también en una destacada figura de la cultura brasileña.
Nacido en 1907, Óscar (a secas, como lo llaman en Brasil) supo hacer convivir su pasión por la arquitectura y el arte con sus férreos principios políticos, humanistas y arquitectónicos. Se inició en la profesión admirando las tendencias europeas del Movimiento Moderno (de líneas rectas y ángulos secos), aunque rápidamente comprendió que el camino de sus obras sería otro, que rescataría los valores más trascendentes de dichas corrientes y construiría una arquitectura propia, que fuera de su pueblo, que forjara una identidad.
La belleza era para él, aquello que le daba sentido a la vida y la sorpresa, el vehículo de las experiencias arquitectónicas. Desde allí, entendía que su deber profesional era concebir cosas bellas con capacidad de sorprender porque era eso lo que le daba alegría a un pueblo mientras la arquitectura siguiera siendo únicamente de y para ricos. Esta idea recorre las obras más emblemáticas que supo concebir en la ciudades más importantes de Brasil y el mundo.
Ganador de premios como el Pritzker (el Nobel del mundo de la arquitectura) y el Príncipe de Asturias de las Artes, y a pesar de haber sido introducido al quehacer arquitectónico desde los círculos de poder (estatal, privado) algunas de sus obras más reconocidas fueron el Sambódromo carioca, el Museo de Niteroi (cerca de Río de Janeiro), la iglesia de San Francisco en Belo Horizonte, etc. Este arquitecto centenario fue, junto con Lucio Costa, uno de los mentores de Brasilia, la nueva capital del país. Impulsada a finales de la década de 1950, por el entonces presidente Juscelino Kubischek, tuvo como objetivo “repensar” al Brasil, mostrar sus potencialidades. Aunque ahora muy criticada, Brasilia fue un campo propicio para proponer una arquitectura institucional novedosa: la reconocida catedral, el congreso nacional, el teatro nacional, edificios de vivienda, ministerios, todas obras que lograron construir un estilo personal. En el acto inaugural, Niemeyer , que esperaba que fuera una fiesta protagonizada por todos los que habían participado activamente en la construcción, decidió no subir al palco cuando acudieron al mismo políticos de todo el país a arrogarse el trabajo realizado. Eligió, en cambio, quedarse del lado de la gente.
Todo ello lo transformó no solo en referente de una generación intelectual y artística brasileña sino que también logró instalarlo en el imaginario social, tarea difícil para un arquitecto.
Suele decirse que Niemeyer fue un arquitecto "poeta" por la delicadeza de sus formas libres, por su capacidad de transformar el hormigón armado en material expresivo, por haber explotado la línea curva que tan exactamente ligó con el espíritu brasilero; pero no debe escaparse que fueron también ejes centrales de su vida la preocupación por la situación de los más desfavorecidos, su compromiso ideológico lo plantó firme ante cualquier escenario. El sueño de una Latinoamérica libre de injusticias lo llevó a concebir el famoso monumento Mano de América Latina, de cuya palma brota la sangre que representa el "sufrimiento de un continente eternamente subyugado".
Fidel Castro (quién lo consideró el último comunista vivo) llegó a decir que la próxima vez que lo dejaran plantado, mandaría un barco desde Cuba a buscarlo, al enterarse de que le habían vetado el ingreso a EEUU por causa de sus convicciones ideológicas de izquierda . Anteriormente le había sucedido lo mismo, motivo por el cual la segunda vez se lo escuchó decir: "No se imaginan lo feliz que me hace que no me den el visado, caballeros. Es la prueba de que en 20 años no he cambiado, sigo siendo el mismo". También se vio forzado a exiliarse de su país producto del hostigamiento sistemático de la dictadura brasileña de 1964, y aunque no tenía vetada la entrada, lo privó de seguir proyectando en su país durante largos años, pero le permitió desenvolver su arquitectura en lugares como París, Argelia e Italia, entre otros.
Dejando como herencia una producción gigantesca, una pasión y una actitud ejemplar, nos permitimos rescatar como lo más valioso de su figura la infranqueable disposición a defender sus principios éticos, políticos y arquitectónicos. Es la enorme alegría de sus obras que no es más que el fiel reflejo de la alegría del pueblo brasileño. Su legado nos da la seguridad de que debemos ser los protagonistas de nuestra propia cultura sin escindir nuestras ideologías, que la belleza también construye un mundo nuevo, diferente, propio.
Cuando ya sospechábamos de la posibilidad de que viviera 100 años más nos advirtió que "la inmortalidad es una fantasía, una manera de olvidar la realidad. Lo que importa, mientras estamos aquí, es la vida, la gente. Abrazar a los amigos, vivir feliz. Cambiar el mundo. Y nada más."

Santiago Chudnovsky.

Llueve Sobre Santiago

Más triunfos de la ética

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Entre las preocupaciones diarias, como las de tormentas e inundaciones, y la aprobación o demora de leyes imprescindibles, nos sorprenden con optimismo pleno triunfos de la ética que se refieren a nuestro pasado. Ligar ese pasado con la verdad histórica y no esconderlo. Por ejemplo, el triunfo de ello en la ciudad bonaerense de Vedia ha sido completo y perfecto, sin peros ni aunques. El Concejo Deliberante de esa ciudad aprobó el cambio de nombre de cuatro calles del distrito. Cuatro. Nombres de personajes –algunos de estructura siniestra, por no decir algo más duro– que nos fueron impuestos por el poder de turno. Nada menos que el mercenario y asesino Federico Rauch, el dictador criminal contra nuestra democracia José Félix Uriburu, el genocida Julio Argentino Roca y el de Ataliva Roca, que hizo los peores negociados y que ponía la cara para que no apareciera el “general”, su hermano, como acusado. El pícaro Sarmiento inventó la palabra “atalivar”. Escribía con gracia: “El general Roca hace sus negocios y su hermano ataliva”. Punto. Todo el mundo lo comprendía y en vez de decir “coimear” los porteños usaban “atalivar”.
Bien, nosotros, los argentinos, con tal de quedar bien con los poderosos, pusimos el nombre de Ataliva Roca a múltiples calles de nuestras ciudades del interior, y hasta una ciudad de La Pampa se llama Ataliva Roca. Algo para mirarse al espejo y enrojecerse. Y esos representantes del coraje civil, los concejales de Vedia, dijeron basta y cambiaron el nombre de la calle Federico Rauch, por Arbolito; la Ataliva Roca, por Juan José Castelli; la general Uriburu, por Manuel Dorrego, y la Julio A. Roca, por Pueblos Originarios. Lo hemos explicado ya numerosas veces, pero lo aclararemos una vez más: Rauch fue en homenaje al mercenario europeo que llegó contratado por dinero por el presidente Rivadavia “para exterminar a los indios ranqueles”. Vino a matar y sus comunicados hablan el idioma más perverso: “Hoy, para ahorrar balas hemos degollado a 27 ranqueles”. Los otros comunicados hablan de la perversión de este militar que fue ajusticiado por el indio ranquel Arbolito en un encuentro frente a frente. De Ataliva Roca nada bueno podemos agregar sino que fue apenas un lacayo de su hermano. Ahora esa calle llevará el nombre de Juan José Castelli, uno de los más preclaros Hombres de Mayo, que como pocos luchó por la igualdad y la libertad; sus documentos lo dicen todo: junto a Moreno y Belgrano fueron los tres hombres más avanzados de los héroes de aquel 1810. Y justo los que más insistieron en reconocer la igualdad de derechos a los pueblos originarios y terminar para siempre con la esclavitud a que habían sido sometidos por los españoles –”occidentales y cristianos”– en esas formas infames de la mita, la encomienda y el yanaconazgo. Belgrano lo escribe con precisión absoluta que no puede dar lugar a interpretaciones falsas: “A partir de este momento, los pueblos originarios gozarán de los mismos derechos de que gozamos nosotros, los hijos de europeos que tuvimos la suerte de nacer en territorio de América”. Idioma luego traicionado en sus raíces por Roca, Avellaneda y tantos otros que firmaron documentos sobre la “necesidad del exterminio de los salvajes, los bárbaros”. O como dice Roca en su informe final ante el Congreso de la Nación: “La ola de bárbaros que ha inundado durante siglos estas fértiles llanuras ha quedado exterminada para siempre, y ahora quedarán a disposición del capital extranjero y de los inmigrantes”. Todo un ejemplo de ética. Pero nosotros los argentinos, con un dejo de sentido de adulación al poder, les seguimos rindiendo honores con sus nombres a escuelas, plazas, calles y monumentos en bronce.
Bien, nuestro abrazo agradecido. Sería largo nombrar a todos los valientes ciudadanos que propusieron esos cambios, todos con argumentos irrebatibles para ellos mismos.
Por otra parte, la Radio Nacional de Bariloche, a través de su director Carlos Echeverría, organizó un acto para discutir el tema del monumento a Roca instalado en la plaza principal de esa ciudad, que últimamente ciudadanos argentinos de origen mapuche han intentado bajarlo del caballo de bronce en que se exhibe al “conquistador del desierto”, más bien exterminador de los habitantes originales de toda esa región patagónica. El acto fue muy concurrido y se expuso allí toda la documentación oficial de aquellos tiempos, y la entrega de las tierras conquistadas a estancieros de la Sociedad Rural Argentina y al propio Roca, que se quedó con miles de hectáreas en el sur bonaerense, con su estancia “La Larga”. Eso es lo que vale en una sociedad que quiere asentar su democracia: el debate. No sólo de los problemas de la actualidad sino de cómo se comportó en su pasado. Los crímenes legales que se cometieron y que nunca fueron revisados. Los argumentos fueron de tal peso, todos basados en terminar con los racismos y los intereses probados, y en hacer valer la moral y la vida. Le damos poco tiempo a la existencia de ese monumento provocador, principalmente para los pueblos originales que viven desde hace siglos en esas regiones.
Y justamente bien al sur de esa Patagonia vivió durante siglos esa etnia llamada tehuelche, que fue exterminada poco a poco desde la llegada de los europeos. Sobre esa etnia acaba de salir un magnífico libro de Osvaldo Mondelo, titulado precisamente Tehuelches, con una colección increíble de fotografías con sus rostros, los de sus mujeres y los de sus niños. Un libro para tener y repasar por su valor artístico, histórico y antropológico. Rostros sufridos, resignados, soñadores, pensando en otras vidas y apegados a la naturaleza. Un libro para aprender a apreciar a esas culturas básicas del origen de estas regiones como llanuras habitables. Sus vestimentas, sus herramientas de caza. Sus mujeres con ese principio natural de dar vida y los niños, con sus miradas curiosas sin fin. Un libro más que fundamental para nuestras culturas. Y aquí no puedo menos que agregar que han salido a la venta otros dos libros, en sus terceras ediciones: El malón de la paz y Pedagogía de la desmemoria, los dos de Marcelo Valko, un aporte también fundamental para conocer capítulos de nuestra historia referidos a los pueblos originarios.
Justamente en Calafate, ese centro de bellezas patagónicas, se propuso en los últimos días cambiar el nombre de Julio A. Roca por el del cacique Orqueque, un tehuelche que se defendió contra la invasión de Buenos Aires, fue detenido y enviado a esa ciudad, donde al poco tiempo falleció por enfermedad. La proposición se iba a aprobar por unanimidad, hasta que un ciudadano de la ciudad objetó ese cambio. Se leyeron sus argumentos y se decidió entonces posponer la decisión hasta el año próximo, a fin de estudiar a fondo toda la problemática otra vez. He leído los argumentos de este señor, Fernando Arteaga, que son los mismos de quienes defienden el genocidio de Roca, como Mariano Grondona y otros desde el diario La Nación. Aquello de que los mapuches eran indios “chilenos”, cosa que es un disparate. Esos pueblos originarios no reconocían las fronteras actuales, que fueron fijadas mucho después. Justifica lo de la campaña del desierto cuando en realidad había tierra para todos y se hubiera podido llegar a un acuerdo sin recurrir a la muerte o al exterminio, y menos a reimplantar la esclavitud. A lo cual el señor Arteaga denomina una cuestión de época. Cosa que no es así, sería beneficioso que leyera las actas de la Asamblea del año XIII. Ni la muerte ni la esclavitud se pueden aceptar. Y más de aquellos que se preciaban de heredar la cultura europea y cristiana. Pero está bien que se inicie en Calafate el debate sobre estos temas. En esos debates siempre se aprende, mientras se defiendan los derechos de la vida.
Este debate de nuestra historia nos llevar indefectiblemente a forjar un mejor futuro para las próximas generaciones.

Osvaldo Bayer

Isaac Deutscher analiza “1984”, de Orwell

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Maetro de varias generaciones, Isaac Deutscher escribió numerosos ensayos sobre literatura. entre ellos quizás destaque esta aproximación crítica a la célebre novela de Orwell. "1984" la más conocida de las suyas pero no de las mejores...
En los años sesenta-setenta, Deutscher representó para muchos y muchas de nosotros, la más alta expresión de un análisis histórico sobre la historia comunista en general, y de lo que había significado el estalinismo en particular. Sumariamente, se podía decir que su punto de vista ilustraba con precisión y talento literario la idea de una “doble naturaleza”. Sus trabajos eran cada vez más reconocidos, y la frase de Vázquez Montalbán “sabía más de política que Isaac Deutscher”, daba en el clavo. El historiador anglopolaco defendía la revolución y denunciaba el estalinismo, y no escrutaba a este desde la vulgar sovietologia sino que indagaba. Algunas de sus obras como la biografía de Stalin, tempranamente publicada en castellano y en catalán, marcó a muche gente inquieta. En su momento, la obra fue objeto de un fuego cruzado. Para los estalinista era un producto más del anticomunismo, para los anticomunista lo era de un comunista disfrazado de demócrata. El debate fue duro y se reprodujo en los círculos clandestinos más inquietos.
Al igual que se su maestro, Deutscher también escribió numerosos ensayos sobre literatura que fueron recogidos en diversas antologías que fueron publicadas por la editorial ERA de México (seguramente la más extensa y avanzada de la época en castellano), pero también por algunas de las editoriales que por entonces reflejaban la pasión política existente a través de libros de izquierdas de todos los colores y sobre las más extensas problemáticas. Este sobre Orwell apareció en el que fue seguramente el más popular de todos ellos, en la celebrada recopilación titulada Herejes y renegados que con un prólogo de e. H. Carr (que había acabado asumiendo la metodología dialéctica del que se hizo llamar judío no sionista), fue publicado en 1970 por la flamante editorial Ariel de cuya fundación se han cumplido ahora 70 años. Ariel había empezado como una empresa europeísta y liberal (Maurice Duvarger, Harold Wilson, etc.), pero ahora se introducía en el terreno del libro de bolsillo y estaba editando aportaciones marxistas y libertarias de primera magnitud, una orientación en la que tuvo un importante papel Manuel Sacristán. En mi memoria, este libro está ligado al primer día de mi vuelta del exilio francés y con un paseo por las Ramblas, tan añoradas. Mi alegría fue enorme cuando pude ver que en sus kioscos este tipo de libros se habían hecho de lo más común. Su precio también era un motivo de satisfacción. No menos lo fue la primera edición de “Homenaje a Cataluña” de Orwell, por más que la editorial tuvo que pagar un peaje en la traducción censurando o recortando algunos párrafos más ofensivos contra el la barbarie franquista.
El trabajo sobre 1984 aparecía en el capítulo que Tamara Deutscher había convenido en titular “Herejes y reneqados”, y era evidente que para Deutscher, Orwell se contaba entre los primeros. Su análisis no tiene nada que ver con el se le ha querido dar a la célebre novela, y denuncia claramente hacia su instrumentalización por parte del imperialismo cultural. Como escribió muy bien Julio Cortazar, Orwell quiso describir en esta obra todo lo que le repugnaba, y el mundo que describe está más próximo a tendencias ya presentes en las democracias capitalistas aunque en muchos aspectos también describe detalles que eran propios del “socialismo policíaco”. En una época como la nuestra en la que es tan importante saber quienes son los malos de verdad, los trabajos de Deutscher siguen teniendo una valor incalculable. De ahí que insistamos una y otra vez 3en su divulgación.

Pepe Gutiérrez-Álvarez

Isaac Deutscher: ”1984”: El misticismo de la crueldad (*)

Pocas novelas escritas en esta generación han conseguido una popularidad tan grande como 1984 de Orwell. Quizá ninguna otra haya hecho un impacto similar en la política. El título de la obra de Orwell es un término de oprobio político. Palabras acuñadas por él — ”neodecir”, ”viejo­decir”, ”mutabilidad del pasado”, ”ministerio de la Verdad”, ”policía del pensamiento”, ”crimino­pensar”, ”doblepensar”, ”semanade-odio”, etc. — han entrado en el vocabulario político; aparecen en la mayoría de los artículos periodísticos y los discursos antirrusos y anticomunistas. La televisión y el cine han familiarizado a un público de muchos millones de personas, a ambos lados del Atlántico, con la cara amenazadora del ”Gran Hermano”, y la pesadilla de una ”Oceanía” supuestamente comunista. La novela ha servido como una especie de superarma ideológica en la guerra fría. Como en ningún otro libro o documento, el miedo convulsivo al comunismo, que ha barrido al Occidente desde la terminación de la segunda guerra mundial, ha tenido su reflejo y su foco en 1984.
La guerra fría ha producido una”demanda social” de tales armas ideológicas lo mismo que ha producido la demanda de superarmas físicas. Pero las superarmas son genuinas proezas de la tecnología; y no puede haber discrepancia entre el empleo al que pueden destinarse y la intención de sus productores: están destinadas a extender la muerte, o, al menos, a amenazar con una destrucción total. En cambio, un libro como 1984 puede ser utilizado sin mucha consideración hacia las intenciones de su autor. Algunos de sus aspectos pueden ser arrancados de su contexto, mientras que otros, que no se ajustan al propósito político a cuyo servicio se ha puesto el libro, son ignorados o virtualmente suprimidos. Y un libro como 1984 no necesita ser una obra maestra literaria, ni siquiera una obra importante y original, para producir su impacto. En verdad, una obra de gran valor literario suele ser demasiado rica en su textura y demasiado sutil en forma y pensamiento para prestarse a una explotación adventicia. Por regla general, sus símbolos no pueden ser fácilmente transformados en focos hipnotizantes, ni sus ideas convertidas en eslóganes. Las palabras de un gran poeta, cuando entran en el vocabulario político, lo hacen mediante un proceso de infiltración lento, casi imperceptible, no en una incursión frenética. La obra maestra literaria influye en la mentalidad política mediante su fertilización y enriquecimiento desde dentro, no aturdiéndola.
1984 es la obra de una imaginación intensa y concentrada, pero también atemorizada y restringida. Un crítico hostil la ha despreciado como”historieta de horror político”, lo cual no es una descripción justa. En la novela de Orwell hay ciertos estratos de pensamiento y sensibilidad que la ponen a un nivel francamente más alto que el que sugiere aquella etiqueta. Pero es verdad que el simbolismo de 1984 es grosero y tosco; que su símbolo principal, el Gran Hermano, se parece al hombre malo de un cuento infantil desprovisto de arte; y que la narración de Orwell desarrolla algo como un argumento de película de ”ciencia ficción” de clase vulgar, con horrores mecánicos amontonados sobre horrores mecánicos, hasta tal punto que, en definitiva, las ideas más sutiles de Orwell, su simpatía por sus personajes y su sátira de la sociedad de sus días (no de 1984) pueden no llegar a comunicarse al lector. 1984 no parece justificar el que se llame a Orwell el Swift de nuestro tiempo, título al que Animal Farm da alguna justificación. A Orwell le falta la riqueza y sutilidad de pensamiento, y la imparcialidad filosófica del gran satírico. Su imaginación es feroz y a veces penetrante, pero carece de amplitud, flexibilidad y originalidad.
Podemos ilustrar la falta de originalidad con el hecho de que Orwell tomó la idea de 1984, la trama argumental, los personajes principales, los símbolos y todo el clima de su narración, de un escritor ruso que ha permanecido casi ignorado en el Occidente. Ese escritor es Evgenii Zamiatin, y el título del libro que sirvió de modelo a Orwell es Nosotros. Como 1984, Nosotros es una ”antiutopía”, una visión de pesadilla del futuro y un lamento de Casandra. La obra de Orwell es una variación plenamente inglesa sobre el tema de Zamiatin: y quizás el carácter enteramente inglés de la perspectiva de Orwell es lo que da a 1984 la originalidad que posee.
Pueden no estar fuera de lugar aquí algunas palabras sobre Zamiatin. En la vida de los dos escritores hay algunos puntos semejantes. Zamiatin pertenece a una generación anterior: nació en 1884 y murió en 1937. Sus primeros escritos, como algunos de los de Orwell, fueron descripciones realistas de la clase media baja. En su experiencia de la revolución rusa de 1905, Zamiatin desempeñó aproximadamente el mismo papel que Orwell desempeñó en la guerra civil de España. Participó en el movimiento revolucionario, fue miembro del partido socialdemócrata ruso (al que todavía pertenecían bolcheviques y mencheviques) y fue perseguido por la policía zarista. Cuando bajó la marea de la revolución, sucumbió a un talante de ”pesimismo cósmico”; y rompió con el partido socialista, cosa que Orwell, menos consecuente, e influido hasta el final por una prolongada lealtad al socialismo, no hizo. En 1917, Zamiatin veía la nueva revolución con ojos fríos y desilusionados, convencido de que nada bueno saldría de ella. Tras un breve encarcelamiento, el gobierno bolchevique le permitió marchar al extranjero; y fue en París, emigrado, donde escribió, al empezar la década de los veinte, su Nosotros.
La afirmación de que Orwell ha tomado de Zamiatin los principales elementos de 1984 no es la adivinación de un crítico con habilidad para rastrear influencias literarias. Orwell conoció la novela de Zamiatin y quedó fascinado por ella. A propósito de la misma escribió un ensayo, que apareció en una publicación socialista de izquierda, Tribune, de la que Orwell era director literario, el 4 de enero de 1946, recién editada Animal Farm, y antes de que el propio Orwell comenzase a escribir 1984. El ensayo es notable, no solamente como un testimonio concluyente, proporcionado por Orwell mismo, sobre el origen de 1984, sino también como comentario a la idea que subyace tanto a Nosotros como a 1984.
Orwell inicia su ensayo con la declaración de que, después de haber buscado en vano durante años la novela de Zamiatin, había finalmente conseguido una edición francesa (titulada Nous autres), y que le había sorprendido que no hubiera sido publicada en Inglaterra, aunque en los Estados Unidos había aparecido una edición, que no había suscitado gran interés. ”Hasta donde yo soy capaz de juzgar — continúa Orwell — no se trata de un libro de primer orden, pero es, ciertamente, desacostumbrado, y resulta sorprendente que ningún editor inglés haya sido lo bastante emprendedor para reeditarlo.” (El ensayo concluía con estas palabras: ”Es un libro que habrá que buscar cuando aparezca una edición inglesa”.)
Orwell advirtió que Un mundo feliz, de Huxley,”tiene que derivar en parte” de la novela de Zamiatin, y se preguntaba por qué”eso no ha sido nunca advertido”. El libro de Zamiatin era, en su opinión, muy superior y más ”pertinente a nuestra propia situación” que el de Huxley. Trata de ”la rebelión del espíritu humano primitivo contra un mundo racionalizado, mecanizado y sin dolor”.
”Sin dolor” no es la expresión adecuada: el mundo de la visión de Zamiatin está tan lleno de horrores como el de 1984. El propio Orwell presentaba en su ensayo un sucinto catálogo de aquellos horrores, de modo que el ensayo parece ofrecer una sinopsis de 1984. Los miembros de la sociedad descrita por Zamiatin, dice Orwell, ”han perdido de una manera tan completa su individualidad que se les conoce solamente por números. Viven en casas de vidrio ... que permiten a los policías políticos, como los guardianes, supervisarles con mayor facilidad. Todos visten uniformes idénticos, y el modo común de hacer referencia a un ser humano es `un número', o `un unif' (uniforme)”. Orwell observa entre paréntesis que Zamiatin escribió ”antes de que se inventase la televisión. En 1984 se introduce ese refinamiento tecnológico, así como los helicópteros, desde los cuales la policía supervisa los hogares de los ciudadanos de ”Oceanía” en los pasajes iniciales de la novela. En la sociedad futura de Zamiatin, como en 1984, el amor está prohibido: el trato sexual está estrictamente racionado, y sólo se permite como un acto no emocional. El Estado único es gobernado por una persona conocida por ”el Benefactor”, precedente obvio del Gran Hermano.
”El principio-guía del estado es que felicidad y libertad son incompatibles... El Estado único ha restablecido la felicidad del hombre, suprimiendo la libertad.” Orwell describe al personaje principal de Zamiatin como”una especie de utópico Billy Brown de la ciudad de Londres”, que está”constantemente horrorizado por los impulsos atávicos que se apoderan de él”. En la novela de Orwell, ese utópico Billy Brown lleva por nombre Winston Smith, y su problema es el mismo.
También por lo que respecta al principal motif de su argumento está Orwell en deuda con el escritor ruso. Veamos la definición del propio Orwell: ”A pesar de la educación y de la vigilancia de los guardianes, muchos de los antiguos instintos humanos están aún presentes”. El personaje principal de la obra de Zamiatin ”se enamora (lo cual es, desde luego, un crimen) de I-330”, lo mismo que Winston Smith comete el crimen de enamorarse de Julia. En la novela de Zamiatin, como en la de Orwell, el asunto amoroso se mezcla con la participación del héroe en un ”movimiento de resistencia clandestino”. Los rebeldes de Zamiatin ”aparte de conspirar para derrocar el estado, se entregan también, cuando bajan las cortinas, a vicios tales como fumar cigarrillos y beber alcohol”; Winston Smith y Julia se permiten beber ”verdadero café con verdadero azúcar” en su escondrijo sobre la tienda de Charrington. En ambas novelas el crimen y la conspiración son, desde luego, descubiertos por los guardianes, o la policía de pensamiento; y en ambas el héroe es ”finalmente salvado de las consecuencias de su propia locura”.
La combinación de ”curación” y tortura, por la que los rebeldes de Zamiatin y de Orwell son ”liberados” de sus impulsos atávicos, hasta que empiezan a amar al Benefactor, o al Gran Hermano, son sumamente parecidas. En Zamiatin:
”Las autoridades anuncian que han descubierto la causa de los recientes desórdenes: es que algunos seres humanos sufren de una enfermedad llamada imaginación. El centro nervioso responsable de la imaginación ha sido localizado, y la enfermedad puede ser curada mediante un tratamiento de rayos X. D-503 sufre la operación, después de lo cual le es fácil hacer lo que siempre ha sabido que debería hacer: delatar a la policía a sus camaradas de conspiración”.
En ambas novelas el acto de la confesión y la traición de la mujer a la que el héroe ama son los shocks curativos.
Orwell cita la siguiente escena de tortura de la obra de Zamiatin:
”Ella me miraba, con las manos apretadas en los brazos del sillón, hasta que los ojos se le cerraron por completo. Se la llevaron de allí, la volvieron en sí por medio de un electroshock y volvieron a colocarla bajo la campana. La operación se repitió durante tres veces, y ni una sola palabra salió de sus labios”.
En las escenas de tortura de Orwell se dan abundantemente los electroshocks y los brazos de sillón, pero Orwell es mucho más intenso y sadomasoquista en sus descripciones de la crueldad y el dolor. Por ejemplo:
”Sin ninguna advertencia, a no ser un ligero movimiento de las manos de O'Brien, una onda de dolor salió de su cuerpo. Era un dolor espantoso, porque él no podía ver lo que sucedía, y tenía la sensación de que se le estaba haciendo algún daño mortal. No sabía si la cosa estaba ocurriendo realmente o si el efecto se producía eléctricamente; pero su cuerpo había sido violentamente retorcido hasta quedar deformado, sus articulaciones estaban siendo lentamente desgarradas. Aunque el dolor le cubría la frente de sudor, lo peor de todo era el miedo de que su espinazo estaba a punto de estallar. Apretaba los dientes y respiraba con dificultad por la nariz, tratando de guardar silencio el mayor tiempo posible.”
La lista de los puntos en que Orwell copia a Zamiatin está lejos de ser completa; pero dejemos ahora la trama de las dos novelas para ocuparnos de su idea de fondo. Al comparar a Zamiatin con Huxley, Orwell dice:
”Es su captación intuitiva del lado irracional del totalitarismo (el sacrificio humano, la crueldad como un fin en sí, el culto a un jefe al que se conceden atributos divinos) lo que hace al libro de Zamiatin superior al de Huxley”.
Y eso mismo es, podemos añadir nosotros, lo que le hace modelo del de Orwell. Al criticar a Huxley, Orwell escribe que no sabía encontrar ninguna razón clara para que la sociedad de Un mundo feliz estuviese tan rígida y elaboradamente estratificada:
”La finalidad no es la explotación económica... no hay hambre de poder, ni sadismo, ni ninguna clase de dureza. Los que están arriba no tienen ningún motivo fuerte para estar arriba, y, aunque todo el mundo es feliz, de una manera vacía, la vida se ha hecho tan insustancial que es difícil que tal sociedad pudiera mantenerse” (el subrayado es mío).
En contraste, la sociedad de anti-utopía de Zamiatin podría durar, según la opinión de Orwell, porque en ella el supremo motivo de acción y la razón de la estratificación social no es la explotación económica, para la que no hay necesidad, sino precisamente ”el hambre de poder, sadismo y dureza” de los que ”están arriba”. Es fácil reconocer en eso el leitmotiv de 1984.
En ”Oceanía” el desarrollo tecnológico ha alcanzado un nivel tan alto que la sociedad podría satisfacer perfectamente todas sus necesidades materiales y establecer la igualdad. Pero la desigualdad y la pobreza se mantienen para conservar en el poder al Gran Hermano. En el pasado, dice Orwell, la dictadura salvaguardaba la desigualdad; ahora la desigualdad salvaguarda la dictadura. Pero ¿a qué propósito sirve, a su vez, la dictadura?
”El partido quiere el poder simplemente por el poder... el poder no es un medio, es un fin. No se establece una dictadura para salvaguardar una revolución; se hace la revolución para establecer la dictadura. El objeto de la persecución es la persecución... El objeto del poder es el poder.”
Orwell se preguntaba si Zamiatin ”pretendía que el régimen soviético fuese el objetivo especial de su sátira”. No estaba seguro de eso.
”A lo que Zamiatin parece apuntar no es a una nación particular, sino a los objetivos implícitos de la civilización industrial... Nosotros evidencia que Zamiatin tenía una fuerte inclinación al primitivismo ... Nosotros es, en efecto, un estudio de la Máquina, el genio al que el hombre, irreflexivamente, ha hecho salir de su botella, y al que no puede volver a encerrar en ésta.”
También en 1984 es patente esa ambigüedad en las intenciones del autor.
La conjetura de Orwell sobre Zamiatin era correcta. Aunque Zamiatin se oponía al régimen soviético, lo que él satirizaba no era, ni exclusiva ni principalmente, dicho régimen. Como observó acertadamente Orwell, la Rusia soviética de los primeros años tenía pocos rasgos en común con el supermecanizado estado de la anti-utopía de Zamiatin. La inclinación de éste hacia el primitivismo estaba en línea con una tradición rusa, con la eslavofilia y la hostilidad hacia el Occidente burgués, con la glorificación del mujik y de la vieja Rusia patriarcal, con Tolstói y Dostoyevski. Hasta en su condición de emigrado, Zamiatin estaba desilusionado del Occidente, a la manera rusa. A veces pareció medio reconciliado con el régimen soviético, cuando éste estaba ya produciendo su Benefactor, en la persona de Stalin. En la medida en que dirigía los dardos de su sátira contra el bolchevismo, lo hacía sobre la base de que éste estaba empeñado en reemplazar la vieja Rusia primitiva por la sociedad moderna, mecanizada. De un modo bastante curioso, Zamiatin situó su historia en el año 2600; y parecía decir a los bolcheviques: ése será el aspecto de Rusia, si conseguís dar a vuestro régimen el fondo de la tecnología occidental. En Zamiatin, como en algunos otros intelectuales rusos desilusionados del socialismo, el anhelo añorante de los modos primitivos de pensamiento y vida era natural, por cuanto el primitivismo estaba todavía muy vivo en el trasfondo ruso.
En Orwell no había ni podía haber esa auténtica nostalgia de la sociedad pre-industrial. El primitivismo no tenía parte alguna en su experiencia, a no ser durante su estancia en Birmania, donde le atrajo fuertemente. Pero Orwell estaba aterrorizado por los usos que podrían dar a la tecnología hombres dispuestos a esclavizar a la sociedad; y, así, también él llegó a poner en cuestión y satirizar ”los objetivos implícitos de la civilización industrial”.
Aunque su sátira está más claramente dirigida contra la Unión Soviética que la de Zamiatin, Orwell veía también elementos de su ”Oceanía” en la Inglaterra de su propio tiempo, para no hablar de-los Estados Unidos. En realidad, la sociedad de 1984 encarna todo lo que él odiaba, todo lo que le disgustaba en su propia circunstancia: la gris monotonía del suburbio industrial inglés, la ”mugrienta, tiznada y hedionda” fealdad de lo que trataba de recoger en su estilo naturalista, reiterativo, opresivo: el racionamiento de la comida y los controles gubernativos que conoció en la Gran Bretaña en guerra; la ”basura de periódicos que apenas contienen otra cosa que deportes, crímenes, astrología, sensacionales noveluchas baratas, películas encenagadas en el sexo”. Orwell sabía bien que en la Rusia estalinista no existían periódicos de ese tipo, y que los defectos de la prensa estalinista eran de una especie enteramente diferente. El ”neodecir”, mucho más que una sátira del lenguaje estalinista, lo es de la jerga estereotipada del periodismo anglo-norteamericano, que él detestaba, y con el que, como periodista en activo, estaba familiarizado.
Es fácil señalar los rasgos del partido de 1984 que satirizan al partido laborista británico más que al partido comunista soviético. El Gran Hermano y sus secuaces no hacen intento alguno de adoctrinar a la clase obrera, una omisión que Orwell habría sido el último en referir al estalinismo. Sus proletarios”vegetan”:”mucho trabajo, disgustos mezquinos, películas, juego... llenan su horizonte mental”. Como los periódicos-basura y las películas encenagadas en el sexo, el juego, el nuevo opio del pueblo, pesa poco en la escena rusa. El ministerio de la Verdad es una transparente caricatura del ministerio de Información de Londres durante la guerra. El monstruo de la visión de Orwell, como toda pesadilla, está hecho de toda clase de rostros, rasgos y formas, familiares y no familiares. El talento y la originalidad de Orwell se hacen patentes en los aspectos domésticos de su sátira. Pero en la boga alcanzada por 1984 esos aspectos apenas han sido notados.
1984 es un documento de oscura desilusión, no sólo por el estalinismo, sino por todas las formas y esquemas de socialismo. Es un grito salido del abismo de la desesperación. ¿Qué es lo que sumergió a Orwell en tal abismo? Fue, sin ninguna duda, el espectáculo de las grandes purgas estalinistas de 1936-38, cuyas repercusiones experimentó él en Cataluña. Como hombre sensible e íntegro no podía reaccionar ante aquellas purgas más que con ira y horror. Su conciencia no podía ser calmada por las justificaciones y sofismas estalinistas, que por entonces calmaron la conciencia de, por ejemplo, Arthur Koestler, escritor de gran brillantez y complejidad, pero inferior en resolución moral. Las justificaciones y sofismas estalinistas estaban al mismo tiempo por debajo y por encima del nivel de razonamiento de Orwell: estaban por debajo y por encima del sentido común y el empirismo obstinado del Billy Brown de la ciudad de Londres, con el que Orwell se identificaba incluso en sus momentos más rebeldes o revolucionarios. Estaba ultrajado, conmocionado, sacudido en sus creencias. Nunca había sido miembro del partido comunista. Pero, como adicto al semitrotskista POUM, había aceptado tácitamente, a pesar de todas sus reservas, una cierta comunidad de propósitos y una solidaridad con el régimen soviético; a través de todas sus vicisitudes y transformaciones, que eran para él algo oscuras y exóticas.
Las purgas y sus repercusiones en España no solamente destruyeron aquella comunidad de propósitos, no solamente le hicieron ver la brecha entre estalinistas y antiestalinistas, que se abría súbitamente en el interior de la España republicana en guerra. Ese efecto inmediato de las purgas era poca cosa al lado del ”lado irracional del totalitarismo: sacrificios humanos, crueldad como un fin en sí, el culto de un jefe” y ”el color de las siniestras civilizaciones esclavistas del mundo antiguo” que se extendía sobre la sociedad contemporánea.
Como la mayoría de los socialistas británicos, Orwell no había sido nunca marxista. La filosofía del materialismo dialéctico le había parecido siempre demasiado abstrusa. De un modo más instintivo que consciente, había sido un firme racionalista. La distinción entre marxista y racionalista es de alguna importancia. Contrariamente a una opinión muy extendida entre los países anglosajones, la filosofía marxista no es racionalista: el marxismo no supone que los seres humanos estén guiados, por regla general, por motivos racionales, ni que se les pueda persuadir por medio de la razón a que se hagan socialistas. El mismo Marx comienza El Capital con su elaborada investigación filosófica e histórica de los modos de conducta y pensamiento ”fetichista” arraigados en la ”producción de mercancías”, es decir, en el trabajo del hombre para un mercado y en dependencia de éste. La lucha de clases, según Marx la describe, es cualquier cosa antes que un proceso racional. Eso no impide que los racionalistas del socialismo se definan a sí mismos, a veces, como marxistas. Pero el auténtico marxista puede pretender estar mejor preparado que el racionalista para las manifestaciones de la irracionalidad en los asuntos humanos, incluso para manifestaciones tales como las grandes purgas de Stalin. El marxista puede sentirse trastornado o mortificado por ellas, pero no necesita sentirse sacudido en su Weltanschauung, mientras que el racionalista está perdido y desamparado cuando la irracionalidad de la existencia humana le mira súbitamente a la cara. Si se aferra a su racionalismo, la realidad le escapa. Si persigue la realidad y trata de agarrarla, tiene que separarse de su racionalismo.
Orwell persiguió la realidad y se encontró a sí mismo despojado de sus supuestos conscientes e inconscientes sobre la vida. A partir de entonces, su pensamiento no podía apartarse de las purgas. Directa e indirectamente, éstas le proporcionaron los temas de casi todo lo que escribió después de su experiencia en España. Era una obsesión honorable, la obsesión de una mente no inclinada a defraudarse cómodamente a sí misma y a dejar de luchar con un alarmante problema moral. Pero en la lucha con las purgas, la mente de Orwell quedó infectada de la irracionalidad de aquéllas. Se encontró incapaz de explicar lo que había sucedido en términos que le fueran familiares, los términos del sentido común empirista. Al abandonar el racionalismo, fue viendo cada vez más la realidad a través de las gafas oscuras de un pesimismo casi místico.
Se ha dicho que 1984 es la invención de la imaginación de un hombre moribundo. Hay en eso algo de verdad, pero no toda la verdad. Fue, ciertamente, en la última llamarada agonizante y febril de su vida cuando Orwell escribió ese libro. De ahí la extraordinaria, la deslumbradora intensidad de su visión y de su lenguaje, y la casi física inmediatez con que sufría las torturas que su imaginación creadora hacía padecer a su protagonista. Identificaba su propia tambaleante existencia física con el cuerpo decaído y encogido de Winston Smith, al que comunicaba, por así decirlo, su propia agonía. Proyectó los últimos espasmos de su propio sufrimiento en las páginas finales de su último libro. Pero la explicación principal de la lógica interna de la desilusión y el pesimismo de Orwell no se encuentra en la agonía mortal del escritor, sino en la experiencia y el pensamiento del hombre vivo, y en su reacción convulsiva de su racionalismo derrotado.
”Entiendo cómo; no entiendo POR QUÉ”, es el estribillo de 1984. Winston Smith sabe cómo funciona ”Oceanía” y cómo funciona su elaborado mecanismo de tiranía, pero no sabe cuál es su última causa ni su última finalidad. Se dirige en busca de respuesta a las páginas de ”el libro”, el misterioso clásico de ”criminopensar”, que se atribuye a Emmanuel Goldstein, el inspirador de la hermandad conspiratoria. Pero solamente consigue leer aquellos capítulos de ”el libro” que tratan del cómo. La policía de pensamiento cae sobre él justamente cuando está a punto de empezar a leer los capítulos que prometen explicar el PORQUÉ; y la pregunta queda sin respuesta.
Ése fue el problema del propio Orwell. Preguntaba el porqué, no tanto a propósito de la ”Oceania” de su visión cuanto a propósito del estalinismo y las grandes purgas. En un determinado momento buscó la respuesta en Trotsky: de Trotsky-Bronstein tomó los pocos datos biográficos, e incluso la fisonomía y el nombre judío para Emmanuel Goldstein; y los fragmentos de ”el libro”, que ocupan tantas páginas de 1984, son una paráfrasis patente, aunque no muy lograda, de La revolución traicionada. A Orwell le impresionó la grandeza moral de Trotsky, pero al mismo tiempo en parte desconfiaba de éste, y en parte dudaba de su autenticidad. La ambivalencia de su imagen de Trotsky encuentra su contrapartida en la actitud de Winston Smith hacia Goldstein. Al final, Smith no puede poner en claro si Goldstein y la hermandad existieron alguna vez en realidad, o si ”el libro” no habría sido una falsificación ideada por la propia policía de pensamiento. La barrera entre el pensamiento de Trotsky y él mismo, una barrera que Orwell nunca pudo llegar a romper, era el marxismo y el materialismo dialéctico. Orwell encontró en Trotsky la respuesta al cómo, no al porqué.
Pero Orwell no habría podido satisfacerse con un agnosticismo histórico. El era todo menos un escéptico. Su constitución mental era más bien la del fanático, determinado a hallar una respuesta a su pregunta, una respuesta rápida y clara. Le tenían en una tensión llena de desconfianza y sospechas las oscuras conspiraciones maquinadas por ellos contra las buenas costumbres de Billy Brown, de la ciudad de Londres. Ellos, eran los nazis, y los estalinistas ... y Churchill, y Roosevelt, y, en definitiva, todos los que tuvieran alguna raison d'état que defender, porque, en el fondo, Orwell era un candoroso anarquista, y, a sus ojos, cualquier movimiento político perdía su ”razón de ser” desde el momento en que adquiría una ”razón de estado”. El analizar un complicado telón de fondo social, el verificar y desenredar marañas de motivos políticos, cálculos, miedos y sospechas, y discernir la condicionante presión de las circunstancias detrás de la acción de aquéllos, eran cosas que estaban fuera de su alcance. Las generalizaciones sobre fuerzas y tendencias sociales, e inevitabilidades históricas, le hacían erizarse de suspicacia. No obstante, sin algunas generalizaciones de ese tipo, adecuada y parcamente empleadas, no es posible dar una respuesta realista a la pregunta que preocupaba a Orwell. Su mirada estaba fija en los árboles, o, mejor dicho, en un solo árbol, puesto ante sus ojos, y estaba casi ciego para ver el bosque. A pesar de lo cual, su desconfianza ante las generalizaciones históricas le condujo finalmente a adoptar y abrazar la más vieja, la más trivial, la más abstracta, la más metafísica y la más infecunda de todas las generalizaciones: todas las conspiraciones, todos los complots, y las purgas, y las componendas diplomáticas de ellos, tenían una fuente, y tan sólo una fuente: ”hambre sádica de poder”. De ese modo, Orwell saltó desde el sentido común racionalista y cotidiano al misticismo de la crueldad que inspira 1984.2
2. Esa opinión se basa tanto en recuerdos personales como en el análisis de la obra de Orwell. Durante la última guerra, Orwell pareció atraído por el tono crítico, entonces algo poco usual, de mis comentarios sobre Rusia, aparecidos en The Economist, The Observer y Tribune. (Más tarde, ambos fuimos corresponsales de The Observer en Alemania, y ocasionalmente compartimos una habitación en un campamento de prensa.) Sin embargo, me costó poco tiempo darme cuenta de las diferencias de perspectiva, por debajo de nuestra aparente coincidencia. Recuerdo que me desconcertaba la testarudez con que Orwell hacía hincapié en ”conspiraciones”, y que su modo de razonar en cuestiones políticas me dio la impresión de una sublimación freudiana de manía persecutoria. Orwell estaba, por ejemplo, inconmoviblemente convencido de que Stalin, Churchill y Roosevelt conspiraban conscientemente para dividirse el mundo, definitivamente, entre ellos, y subyugarlo en común. (Podemos ver en ese momento de la biografía de Orwell el origen de su idea de Oceanía, Asia oriental y Eurasia.) ”Todos ellos están sedientos de poder”, solía repetir. Cuando en una ocasión le indiqué que por debajo de la solidaridad aparente de los tres Grandes se podía discernir claramente el conflicto entre ellos, que ya entonces asomaba a la superficie, Orwell quedó tan sorprendido e incrédulo que inmediatamente llevó nuestra conversación a su columna del Tribune, y añadió que él no veía señal alguna de la proximidad del conflicto de que yo hablaba. Aquello era en los días de la conferencia de Yalta, o poco después, cuando no era necesaria una gran capacidad de previsión para ver lo que iba a ocurrir. Lo que me chocaba en Orwell era su falta de sentido histórico y de penetración psicológica en la vida política, combinada con una aguda, aunque estrecha, perspicacia para algunos aspectos de la política, y con una incorruptible firmeza de convicciones.
En 1984 la pericia mecánica del hombre ha alcanzado un nivel tan alto que la sociedad está en disposición de producir en abundancia para todo el mundo, y acabar con la desigualdad. Pero la pobreza y la desigualdad son mantenidas, sin otro objeto que satisfacer los impulsos sádicos del Gran Hermano. Sin embargo, ni siquiera sabemos si el Gran Hermano existe realmente; puede ser solamente un mito. Es la crueldad colectiva del partido (no necesariamente la de sus miembros individuales, que pueden ser personas inteligentes y bien intencionadas) lo que atormenta a Oceanía. La sociedad totalitaria está gobernada por un sadismo impersonal, desencarnado. Orwell creyó haber ”trascendido” los conceptos familiares, y, en su opinión, cada vez menos significativos, de clase social e interés de clase. Pero en esas generalizaciones marxistas, el interés de una clase social tiene al menos alguna relación específica con los intereses individuales y la posición social de sus miembros, aunque el interés de clase no represente una simple suma de los intereses individuales; mientras que en el partido de Orwell no hay relación entre el todo y las partes. El partido no es un cuerpo social movido por un interés o propósito; es una emanación fantasmal de todo lo que hay de pérfido en la naturaleza humana. Es el fantasma del mal metafísico, loco y triunfante.
Orwell pretendió, sin duda, que su 1984 fuese una advertencia. Pero es una advertencia que se anula a sí misma por el ilimitado desespero que subyace en ella. Orwell veía al totalitarismo paralizando la historia. El Gran Hermano es invencible. ”Si quieres una imagen del futuro, imagina una bota pateando un rostro humano... para siempre.” Orwell proyectó hacia el futuro el espectáculo de las grandes purgas, y lo vio fijo para siempre, porque no era capaz de captar los acontecimientos de una manera realista, en su complejo contexto histórico. No cabe dudar que los acontecimientos fueron muy ”irracionales”; pero quien, por esa razón, los trata de una manera irracional se parece extraordinariamente al psiquiatra cuya mente se trastorna al acercarse demasiado a la locura. 1984 es en realidad, más que una advertencia, un chillido penetrante que anuncia el advenimiento del milenio negro, del milenio de la condenación.
El chillido, ampliado por todos los medios de comunicación de masas de nuestro tiempo, ha aterrorizado a millones de personas. Pero no les ha ayudado a ver con más claridad los temas con los que el mundo se está enfrentando; no ha hecho progresar su comprensión. Solamente ha aumentado e intensificado las olas de pánico y odio que recorren el mundo y ofuscan mentes inocentes. 1984 ha enseñado a millones de personas a ver el conflicto entre Oriente y Occidente en términos de blanco y negro, y, para todos los males que apestan a la humanidad, les ha mostrado un demonio y una víctima propiciatoria monstruosa.
En el umbral de la era atómica el mundo vive en un estado de terror apocalíptico, y por eso millones de personas responden de modo tan apasionado a la visión apocalíptica de un novelista. Pero el Gran Hermano no ha desencadenado los monstruos apocalípticos de la bomba A y la bomba H. La principal dificultad de la sociedad contemporánea está en que todavía no ha conseguido ajustar su modo de vida y sus instituciones sociales y políticas al prodigioso progreso de su conocimiento tecnológico. No sabemos cuál ha sido el impacto de las bombas atómicas y de hidrógeno en el pensamiento de millones de hombres en Oriente, donde la angustia y el miedo pueden estar ocultos tras la fachada de un fácil (¿o embarazado?) optimismo oficial. Pero sería peligroso cegarnos al hecho de que en Occidente millones de personas pueden sentirse inclinadas, en su angustia y su miedo, a huir de su propia responsabilidad por el destino de la humanidad, y a desahogar su ira y su desesperación en el gigantesco demonio-víctima propiciatoria que 1984 ha hecho tanto por poner ante sus ojos.

* * *

” ¿Ha leído usted ese libro? Tiene que leerlo, señor. ¡Entonces sabrá usted por qué tenemos que lanzar la bomba atómica sobre los bolcheviques!” Con esas palabras, un miserable ciego vendedor de periódicos me recomendó en Nueva York 1984, pocas semanas antes de la muerte de Orwell.
¡Pobre Orwell! ¿Podría haber imaginado alguna vez que su propio libro llegaría a ser un artículo tan importante en el programa de la semana-de-odio?

Diciembre de 1954.

(*) Texto publicado . 1954
Traducción: Juan Carlos García Borrón (1970 para la editorial Ariel)

Rousseau: Libertad, Igualdad, Fraternidad

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Se le ha tratado de ilustrado y de oscurantista, de individualista y colectivista, defensor de la propiedad privada e igualitario, predecesor de Marx...
Se han cumplido trescientos años del nacimiento de Jean Jacobo Rousseau (Ginebra, 1712-Ermenonville, 1778), que hasta como quien dice hace dos días, seguía prohibido en el Reino de la Españas, te advertían contra él desde los púlpitos, y su obra había que buscarla rastreando por el mercado de las pulgas. Leerlo era, saber quién era y qué dijo era, aparte de una necesidad cultural primordial, un desafío a las autoridades. Editado con cuenta gotas, su nombre más que sus libros (la inquisición no entendía de tanto detalle), persistía en la prohibición, ligado al de Voltaire como si de una pareja satánica se tratara. Es verdad que estas cosas hoy invitan a la broma pero no me hubiera gustado estar en la piel de alguien al que la Falange y otros comparsas, hubieran encontrado un libro en sus estanterías allá por 1936. Seguro que más de uino de los que todavía yacen en las cunetas, está allí porque en su casa encontraron un ejemplar suyo. No lo digo por decir, recuerdo que en una de las habitaciones ocultas del cuartel de Sanidad de Ceuta en la que –después de ponerse a hacer de detective con uniforme patrio-, su nombre era uno de los que se amontonaban en medio de la montaña de volúmenes requisado a un ateneo o a una Casa del pueblo, y suerte que no lo quemaron.
Que estaba claro que la España de Franco no necesitaba de su lectura lo pude comprobar en aquellos meses de secuestro militar. Fue de la mano de inflamante teniente que presumía de haber estado entre los primeros de su academia, y al que les dio por ofrecernos unas “clases de teórica” en las que el análisis del género humano –nada menos-, se reducía a dos concepciones. La de hobbes que aseguraba que el hombre era malo por naturaleza, y la de Jean Jacobo Rousseau (que, por el contrario, decía era bueno por naturaleza pero que luego la sociedad lo echaba a perder. “Mi teniente” no tenía problema, él se quedaba en medio porque había conocido tanto una cosa como otra, toda una señora reflexión que, por lo menos permitió a los más atrevidos una buena dosis de “cachondeo”, eso sí, bien regado que era casi la única manera de soportar aquella atmósfera hobbesiana en la que el mejor de los mandos había demostrado que era un cretino integral.
Es bastante posible que el pensador ginebrino fuese tan mal visto por los ultramontano por la extraordinaria amplitud de sus muchos saberes. Jean Jacobo Rousseau da para mucho. Esto resulta evidente disfrutando con la lectura de sus Meditaciones del paseante solitario, reeditadas en una nueva traducción de Menene Gras en 1975 para la colección Maldoror., de la barcelonesa Labor, especializada en obras “malditas”, y que está catalogada entre las autobiografías más logradas de todas las escritas. Hay pues muchos personajes en un solo, Rousseau fue multiforme, se oculta tras la búsqueda de sí mismo aunque, al final del recorrido, no podemos dejar de adivi­nar algunas notas de ese bajo continuo que suponía­mos al comienzo. Lo que jamás falta es aquello que pueda unir al individuo a su sociedad: las leyes, las lenguas, las melodías, los dioses, las instituciones, y, cómo no, las soledades.
En ese inciden los trabajos publicados durante estos días, en que su obra continúa interesando, sigue viva, inagotable; desafiando las clasificaciones de su obra. Se discute ásperamente sobre su influencia en la historia. Se le ha tratado de ilustrado y de oscurantista, de individualista y colectivista, defensor de la propiedad privada e igualitario, predecesor de Marx (el brillante marxista italiano Galvano Della Volpe dedicó una magnífica obra para resaltar la filiación, Rousseau y Marx, editada por Martínez Roca, Barcelona, 1974))y teórico liberal, pensador anclado en el pasado y predecesor del Romanticismo, padre del jacobinismo y padre de la Democracia moderna, antecesor del Psicoanálisis, precursor del nacionalismo moderno. En cuanto a los odios, después de la Iglesia de Trento está el neoliberalismo que lo ha etiquetado de precursor de “totalitarismo”, quizás sea porque, aparte de la influenciar el marxismo, El contrato social se convirtió en libro de cabecera de Fidel Castro después de haber sido el legado de Simón Bolívar a la universidad de Caracas. Un detalle: en 1936, el antiguo dirigente del PCE, José Bullejos, por entonces componente del sector de Largo Caballero en el PSOE, y según escuché en medios poumistas, en el POUM no le dejaron ingresar por viejas historias…Pues bien, Bullejos tradujo y prologó una edición de varias obras de Jean Jacobo Rousseau como El contrato social, las Meditaciones, y Cartas escogidas.
Lo cierto es que fue uno de los máximos representantes de la Ilustración, un punto de partida cuestionado por el egoísmo propietario que nos ahoga. Muerto apenas una década antes de la toma de la Bastilla, en su obra se inscribían las divisas de libertad, igualdad y fraternidad que planteó la Revolución francesa.
Proveniente de una familia aristocrática venida a menos, de formación bastante autodidacta, Rousseau llevó a cabo una vida azarosa y difícil. Entre otras cosas fue relojero, luego músico, poeta, viajero, filósofo, pedagogo y trata­dista político, etnólogo, economista, etcétera. Por cierto, fue uno de los colaboradores de L'Enciclopedie, la misma que los abuelos de nuestra derecha también querían quemar…
La clave de las ideas sociales de Rousseau se hallan so­bre todo en su discurso sobre El origen de la desigualdad entre los hombres (1754; en mi biblioteca está la editada por Castellote, Madrid, 1972, con un estudio preliminar del propio editor), en la que dictamina que sí la so­ciedad es mala, el problema radica en la desigualdad. Rous­seau no es, como se ha dicho, el defensor del hombre pri­mitivo, natural y no contaminado por la sociedad. Lo que hace es tomar la referencia de éste para hacer una valora­ción crítica del progreso que entonces era plenamente exal­tado.
Para Jean Jacobo, el estado de naturaleza no es más que una hi­pótesis de trabajo para demostrar lo que es el hombre en una economía natural. Mientras que los humanos se dedi­caron a realizar obras sin buscar beneficios fueron felices, el drama empieza cuando el “primero que, cercando un terre­no, se atrevió a decir esto es mío, y encontró gente lo sufi­cientemente simple como para creerle”, formando con ello la sociedad civil. Esto representó un primer paso de progreso, pero este progreso conllevaba la decadencia: “Desde el ins­tante en que un hombre tuvo necesidad de otro, desde que se dieron cuenta que era útil para uno solo tener las provi­siones que corresponde a dos, la igualdad desapareció, se introdujo la propiedad, el trabajo se hizo necesario y los amplios bosques se convirtieron en feroces campos que ha­bía que regar con sudor humano, y en los cuales pronto se vio germinar y crecer junto con las cosechas la esclavitud y la miseria...”.
Su obra se refiere constantemente al problema de la desigualdad, a la división de la sociedad entre ricos y pobres, á la miseria moral derivada de la injusticia que esto supo­ne. Pero la juzga como una tendencia inexorable y enco­mienda al Estado democrático el papel de neutralizar esta tendencia, a la manera socialdemócrata quiere aproximar “los grados extremos tanto como sea posible; no toleréis, dice, gentes opulentas ni pedigüeños”. Define en algunas de sus obras una utopía social pequeñoburguesa, aplicable a un mundo en el que, estando ya cohesionado por algún víncu­lo de origen, de interés o de compromiso, no ha conocido aún el yugo de las leyes; aquél que no tiene ni costumbres, ni supersticiones bien arraigadas...; aquél en que cada uno de sus miembros puede ser conocido por todos y donde no es necesario imponer a un hombre una carga excesiva para cualquiera; aquél “que puede prescindir de otros pueblos y del que otros pueblos pueden prescindir; aquél que no es ni rico ni pobre y se basta a sí mismo; en fin, aquél que une la consistencia de un pueblo antiguo a la docilidad de un pueblo nuevo”.
Su rechazo del presente que le tocó vivir fue radical. Le lleva a soñar una utopía individualista que describe en La nueva Eloísa (1761), donde nadie manda ni obedece” y se realiza la “condición natural del hombre que es cultivar la tierra y vivir de sus frutos”. El camino es la corrección de la na­turaleza porque “así es como un hombre desarrolla todas sus potencialidades, y cómo la obra de la naturaleza se com­plementa en él mediante la educación”.
Quiere favorecer la agricultura, hacer desaparecer tanto el lujo como la
indigencia, instaurar un estado social en el que los siervos puedan llegar a °
ser libres y donde los burgueses puedan llegar a ser nobles. Rousseau no piensa en absoluto en instaurar una sociedad rigurosamente igualitaria, pero quiere corregir la injusticia y reducir la distancia que separa a los más pobres de los más ricos; "¿Queréis dar consistencia al Estado? —escribe en el Contrato social-: Acercad los grados extremos tanto como sea posible; no permitáis ni gentes opulentas ni mendigos…Ambos estados, naturalmente inseparables, son ¡ mente funestos para el bien común; de uno proceden los instigadores i tiranía, y del otro, los tiranos; son siempre ambos quienes comercian la libertad pública: unos la compran y otros la venden".
Este texto señala una vía media, pero Rousseau sabe perfectamente resulta muy difícil atenerse a ella. No ignora que la igualdad es precaria que está siempre amenazada. Pero cuenta con el legislador para emprender contra la "fuerza de las cosas" (esa fuerza de las cosas de la que hablar Saint-Just) una lucha comparable a la de Sísifo: "Precisamente porque la fuerza de las cosas tiende siempre a destruir la igualdad, la fuerza de la legislación debe siempre tender a mantenerla".
Las ideas de Rousseau están inspiradas, por tanto, en la preocupación por la "movilidad social" y en la aversión que le inspiran las situaciones extremas: opulencia e indigencia. Hay en Rousseau dos concepciones de la libertad, de la igualdad, de la religión, de la felicidad: felicidad del "paseante solitario", felicidad en una multitud unánime: "¿Existe un placer más agradable que el de ver a un pueblo entero entregarse a la alegría en un día de fiesta?". La naturaleza, la nación: del primer Discours al Gouvernement de Pologne, la obra de Rousseau oscila de un tema a otro. Por eso algunos críticos califican a Rousseau de puro individualista, mientras otros le presentan como un lejano antepasado del totalitarismo. En realidad, Rousseau es un hombre que aspira a la unidad, Elegir el Estado no es elegir contra la naturaleza. La voluntad general es la naturaleza recobrada. El hombre no se reconciliará con los otros y consigo mismo más que a través de la reforma de la vida política. El individuo sólo puede conseguir la paz y la felicidad, o en la soledad o en el Estado perfecto. Ahora bien, ninguna de las dos soluciónese son posibles. "La teoría política de Rousseau es, y él sabe que lo, irrealizable” (Eric Weil)
Rousseau se opone radicalmente a la sociedad tal y como es, pero no quiere ni volver hacia atrás, ni proceder a un cambio brutal, ni proceder a un arreglo de detalle. No es ni reaccionario, ni revolucionario, ni reformista; y es infinitamente probable que hubiera detestado el régimen de la Convención, cuya paternidad tan a menudo se le atribuye. "Rousseau —concluye Eric Weil— continúa siendo así el súbdito rebelde. Y porque quiso ser siempre rebelde, todos los Y porque quiso ser siempre rebelde, todos los revolucionarios todos reformadores han podido estar convencidos de que marchaban tras su bandera”.
están inspiradas, por tanto, en la preocupación por la "movilidad social" y en la aversión que le inspiran las situaciones extremas: opulencia e indigencia. Hay en Rousseau dos concepciones de la libertad, de la igualdad, de la religión, de la felicidad: felicidad del "paseante solitario", felicidad en una multitud unánime: "¿Existe un placer más agradable que el de ver a un pueblo entero entregarse a la alegría en un día de fiesta?". La naturaleza, la nación: del primer Discours al Gouvernement de Pologne, la obra de Rousseau oscila de un tema a otro. Por eso algunos críticos califican a Rousseau de puro individualista, mientras otros le presentan como un lejano antepasado del totalitarismo. En realidad, Rousseau es un hombre que aspira a la unidad, Elegir el Estado no es elegir contra la naturaleza. La voluntad general es la naturaleza recobrada. El hombre no se reconciliará con los otros y consigo mismo más que a través de la reforma de la vida política. El individuo sólo puede conseguir la paz y la felicidad, o en la soledad o en el Estado perfecto. Ahora bien, ninguna de las dos soluciónese son posibles. "La teoría política de Rousseau es, y él sabe que lo, irrealizable” (Eric Weil)
Rousseau se opone radicalmente a la sociedad tal y como es, pero no quiere ni volver hacia atrás, ni proceder a un cambio brutal, ni proceder a un arreglo de detalle. No es ni reaccionario, ni revolucionario, ni reformista; y es infinitamente probable que hubiera detestado el régimen de la Convención, cuya paternidad tan a menudo se le atribuye. "Rousseau —concluye Eric Weil— continúa siendo así el súbdito rebelde. Y porque quiso ser siempre rebelde, todos los Y porque quiso ser siempre rebelde, todos los revolucionarios todos reformadores han podido estar convencidos de que marchaban tras su bandera”.
Pero más allá de los matices y contradicciones, es evidente que las ideas de Rousseau fueron aborrecidas por el Vaticano, y despreciada por los fascistas hasta llegar a las dictaduras militares más recientes, algunas de las cuales –como la argentina- llegaron hasta el extremo de querer prohibir a Platón. Y en ello tuvo no poco ver una capacidad envidiable, la de saber llegar a los lectores: “No escribo –dijo- para los filósofos, escribo para los de la calle, el zapatero, el maestro de escuela, la mujer de casa, el estudiante”.

Pepe Gutiérrez-Álvarez

Oscar Niemeyer y los «condenados de la tierra»

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¿Qué se puede recordar de Oscar Niemeyer, el más famoso arquitecto brasileño cuya obra artística ya forma parte del patrimonio de la humanidad?
¿La espléndida y extraordinaria catedral de Brasilia? ¿El fabuloso Palacio da Alvorada? ¿La imponente y magistral sede de las Naciones Unidas en Nueva York? ¿La majestuosa Universidad Houari Boumediene de Argel? ¿La sorprendente Casa de la Cultura de Le Havre? Niemeyer era un revolucionario del espacio, un subversivo de la armonía, un eterno amante de lo insólito cuyas realizaciones suscitan pasión y admiración por todo el mundo.
Pero lo esencial está en otra parte. Si sólo se hubiera que recordar una cosa del genial arquitecto, sería la lealtad a sus principios, la fidelidad de su compromiso comunista y su amor por los pobres de la tierra. «Es necesario ante todo conocer la vida de los hombres, su miseria, su sufrimiento para hacer arquitectura, para crear», decía.
Niemeyer jamás ocultó su aversión por las injusticias de nuestra época y no dejó de repetir que era importante emprender un «combate común por un mundo mejor». Y la esperanza se encuentra en América Latina que debe convertirse en «un polo de combate, un polo de resistencia contra el imperialismo estadounidense». Las fuentes de inspiración son numerosas: la resistencia y la dignidad del pueblo cubano frente a la despiadada agresión de Estados Unidos, el fervor y el entusiasmo revolucionarios de los hijos de Simón Bolívar en Venezuela y el regreso de Túpac Amaru a Bolivia, así como en el resto del continente.
Las nuevas generaciones de artistas deben seguir el ejemplo de Niemeyer, que hizo suya la máxima: «No hay arte sin ética», con esa permanente preocupación por la suerte de los «condenados de la tierra». Gracias Oscar.

Salim Lamrani

Europa: Luchas masivas y cuestionamiento creciente del capitalismo

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El 14 de noviembre pasado hubo huelgas generales de 24 hs simultáneas en España, Portugal y Chipre, y paros generales parciales de 4 y 3 horas, respectivamente, en Italia y Grecia. Grecia venía de una huelga general masiva de 48 hs la semana anterior contra los planes de privatizaciones del gobierno de la derecha. Esta fecha fue también respaldada por la Confederación Europea de Sindicatos que llamó a una jornada europea de lucha y solidaridad contra las políticas de austeridad, que llevó también a paros parciales y manifestaciones en otros países europeos, como Bélgica, Francia y Alemania.
La respuesta más importante a esta jornada de lucha estuvo en España (su segunda huelga general en el año), donde los sindicatos cifraron en un 80% el seguimiento a la huelga con un acatamiento total en la industria y el transporte. Las marchas que recorrieron la geografía española fueron de una masividad enorme, más de 4 millones y medio de personas, destacando las de Madrid y Barcelona con un millón cada una.
La represión policial también alcanzó cotas elevadas, con decenas de detenidos y cientos de heridos. La burguesía española, y el gobierno de la derecha, sienten que deben escalar la represión para evitar que se desborde la protesta social, pero este desenlace es inevitable, solo queda saber cuándo se dará. Todos los sectores económicos y sociales están afectados por la crisis y los recortes. Antes y después del 14N hubo paros obreros, son constantes en salud, educación, transporte (ferrocarril, metro y líneas aéreas).
En Portugal fue el tercer paro general que se realiza en 2012. Lo convocó la CGTP con el respaldo de algunas federaciones de la otra central sindical, más moderada, la UGT que no adhirió. La CGTP consideró un éxito la protesta y calculó la adhesión “en más del 90%” en diversos servicios, sobre todo la industria y el transporte.
Avances en la conciencia
Hay una conciencia clara entre amplias capas de la población, de que esto no es algo que afecte a un país aislado, sino que es una crisis general del capitalismo europeo. A más austeridad, más se contrae el consumo privado, más se paraliza la economía, el Estado recauda menos por impuestos, aumentando el déficit. Para paliarlo, se incrementan los recortes, en una espiral descendente que no parece tener fin.
Actualmente, la Eurozona ha recaído en la recesión. La tasa de desempleo en los 17 países de la zona euro era del 11,7%, 18,7 millones de personas, siendo las más elevadas en España (26.2%), Grecia (25.4%) y Portugal (16.3%). La tasa de desempleo juvenil se sitúa en el 23,9%, y alcanza sus mayores cotas en Grecia (57%) y España (55,9%).
Hay datos del impacto social de la crisis que queremos destacar. En 2011, emigraron entre 120.000 y 150.000 portugueses. Desde el 2007, 1,2 millones de emigrantes abandonaron España para volver a su país de origen. En Grecia, ante la suba descontrolada del precio de la comida, el gobierno va a permitir la venta de alimentos caducados a un precio inferior al original. Y el 30% de los niños están sin vacunar. En España, hay familiares que sacan a sus mayores de las residencias de la tercera edad para salir adelante con sus ingresos. (Extraídos Pascual Serrano en Rebelion.org)
Todo esto está teniendo importante efectos en la conciencia de millones de trabajadores y jóvenes. Existe un cuestionamiento creciente de aquellos gobiernos y partidos que aplican las políticas de austeridad (ya sean “socialdemócratas” o de derecha) y un crecimiento de aquellos partidos que se presentan como más consecuentes en su oposición a estas políticas, a la izquierda de la socialdemocracia, como son los casos de la Coalición por una Izquierda Radical (SYRIZA) en Grecia, actualmente el primer partido del país en intención de voto, Izquierda Unida en España o el Frente de Izquierda en Francia.
También hay un fermento generalizado de cuestionamiento del sistema capitalista y de todas sus instituciones (partidos políticos, los bancos y los ricos, el parlamento, la justicia, etc).
Dentro del marco del capitalismo no hay ninguna alternativa para la clase trabajadora. Estas políticas de ajuste vienen impuestas por la gravedad de la crisis del sistema. Hay que reconocer este hecho y plantearse claramente que la única solución pasa por la nacionalización de las grandes empresas y monopolios bajo control de los trabajadores para poder planificar la economía en beneficio de la mayoría de la población.

Ramón Sarmiento

EE.UU. vs. ONU

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La Organización de las Naciones Unidas se fundó el 24 de octubre de 1945 en San Francisco, California, pero el país que le dio cuna y luego asiento en Nueva York no la quiere demasiado. Tampoco le preocupa el cumplimiento cabal de los pactos y convenciones que ha firmado o adherido o de los que es Estado-parte. Con su capacidad de veto en el Consejo de Seguridad de la organización internacional más importante del planeta, no vacila en vedar acuerdos aprobados por los representantes de 193 países que integran su Asamblea General.
Rusia, China, Francia y Reino Unido, en su calidad de miembros permanentes del Consejo, no han dudado en vetar resoluciones que hieren sus intereses o posiciones geopolíticas y no están exentas de incumplir tratados que aprobaron. La campeona fue la ex Unión Soviética, lo usó 120 veces, pero desde fines de 1991 cuando se convirtió en Federación Rusa sólo tres; EE.UU. en 81 ocasiones, el Reino Unido en 32, Francia en 18 y China en cinco. Sin embargo, nunca dejaron de aportar su cuota al financiamiento de los diversos organismos de la ONU, como hizo la Casa Blanca el 11 de noviembre del 2011 con la Organización de las Naciones Unidas por la Educación y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés) cuando una aplastante mayoría de sus miembros aprobó el ingreso de la Autoridad Palestina como Estado con pleno derecho.
La primera vez fue más dura: en 1984, EE.UU. se retiró de la Unesco –a la que reingresó en el 2003–, inconforme con las políticas de su director general entonces, el ex ministro de Educación y Cultura de Senegal Amadou-Mahtur M’Bow, el primer negro africano en ocupar ese cargo. Le criticaba sus posiciones “antioccidentales” en materia de desarme, la cuestión palestina y el apartheid sudafricano y, en particular, la polémica iniciativa de establecer un nuevo orden mundial de la información y la comunicación. Singapur y el Reino Unido también se retiraron en 1985, infligiendo un duro golpe al ya flaco presupuesto de la organización.
La disconformidad estadounidense más reciente fue despertada –más bien tarde– por la Convención de la ONU sobre los derechos de las personas con discapacidad, aprobada en diciembre del 2006 y “concebida como un instrumento de derechos humanos con una dimensión explícita de desarrollo social” (www.un.org). Ratificada por 126 naciones a las que insta a “garantizar que las personas con discapacidad gocen de los mismos derechos que sus conciudadanos”, EE.UU. es uno de sus 155 signatarios. El Partido Republicano y no pocos demócratas y aun autoproclamados libertarios se oponen a que tal “despropósito” ocurra. El verdadero despropósito es el argumento de semejante negativa.
Betsy Woodruff aduce en la muy conservadora National Review que “podría potencialmente socavar la soberanía estadounidense” (www.nationalre view.com, 3/12/12). El libertario Instituto Cato aduce lo mismo y aplaude la decisión del Senado de rechazar la ratificación del tratado por 61 votos contra 38 (www.cato-art-liberty.org, 4/12/12). Pero conviene remitirse a lo señalado por The New York Times: “La Convención carece de las disposiciones necesarias para alterar o invalidar las leyes de EE.UU. y cualquier recomendación que de ella emane no sería vinculante para el Estado o los gobiernos federales o los tribunales federales” (www.nyti mes.com, 3/12/12). Porque el punto es precisamente ése: no es un tratado vinculante, es decir, no obliga a sus signatarios a acatarlo. En realidad, la cuestión es otra: el déficit presupuestario brutal de EE.UU.
El comité de agricultura de la Cámara de Representantes aprobó un corte de más de 16.000 millones de dólares de la financiación del llamado Programa de alimentos por estampillas que facilita la nutrición de numerosas familias pobres. Si se aprobara ese proyecto de ley, de dos a tres millones de personas perderán tal ayuda por completo (www.disabled-world.com, 28/7/12). Por su parte, la presidenta demócrata del Senado, Debbie Stabenow, aboga por un recorte mayor (www.washigtonpost.com, 5/12/12). El ejercicio de la soberanía, entonces, consistiría en el derecho a empobrecer aún más a los pobres.
Otra cuestión que irrita a los neoconservadores, y también mienten sobre ello, es el llamado Plan 21, uno de los muchos documentos de la ONU que, en este caso, versan sobre el desarrollo sustentable en el siglo XXI. El ex periodista estrella de Fox News, Glenn Beck, abandera el repudio: dijo en relación con este plan que “cuando (la ONU) hunda sus colmillos en nuestras comunidades, les chupará toda la sangre y no podremos sobrevivir. Tengan cuidado” (//media matters.org, 17/6/11). Nada que ver: la propuesta no es vinculante.
John Bolton, ex embajador de EE.UU. ante la ONU designado por W. Bush, fue quien mejor definió la actitud de la Casa Blanca hacia la organización mundial: “No hay Naciones Unidas –dijo–. Lo que hay es una comunidad internacional que ocasionalmente puede ser dirigida por el único poder real que existe en el mundo y ese poder es Estados Unidos” (www.de mocracynow.org, 31/3/05). Oiga.

Juan Gelman

Joelmir y Fidel

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Conocí a Joelmir Beting en la década de 1980. Debido a sus sutiles comentarios económicos críticos de la dictadura, flanqueados de metáforas e imágenes brillantes, lo invité a dar una conferencia en la Semana del Trabajador, en São Bernardo do Campo.
Poco después le sugerí a Fidel Castro, interesado en conocer mejor la economía brasileña, que invitara a Joelmir a visitar Cuba. Desembarcamos en La Habana el jueves 9 de mayo de 1985.
Fidel le preguntó al periodista brasileño:
–¿Cuál es su trabajo diario?
–Hago una hora y media de programa de radio y por la noche media hora de televisión. También escribo una columna diaria, reproducida en 25 periódicos.
Joelmir le contó su historia personal: era hijo de un trabajador eventual ya muerto, como tantos otros campesinos de hoy, por culpa de la caída del camión que lo llevaba a su trabajo. Creció entre las labores de la caña y el café, criado por el venerable sacerdote Donizetti en Tambaú, en el interior de São Paulo. Estudió Ciencias Sociales en la Universidad de São Paulo y trabajó como maestro de primaria, lo cual le dio facilidad para traducir lo relativo a la economía en un lenguaje accesible.
–¿Hay mucha caña en São Paulo?, preguntó Fidel.
–Produce el 75% de toda la caña de azúcar del Brasil -aclaró Joelmir, que aprovechó la ocasión para hacer a su vez una pregunta: ¿Qué lee usted cada día?
–Todas las mañanas recibo un montón de páginas con las noticias del día seleccionadas por índice: Cuba, azúcar, Estados Unidos, etc. Primero reviso las fuentes. Sé que las agencias de los Estados Unidos no son imparciales. Empleo en esto entre una hora y hora y media. Así me formo una visión global de todo lo que las agencias internacionales informan sobre cada tema.
–Nadie conoce el ordenador que el ser humano tiene en la cabeza, comentó Joelmir. ¿Cómo es su trabajo?
–Es un trabajo tenso, difícil, que encierra una responsabilidad muy grande. Pero uno se acostumbra. Trato de aprender en conversaciones con los visitantes. A través de amigos sé lo que se piensa en muchos países.
–¿Y a usted le gusta hablar en público?
–Tengo miedo escénico. Hablo de improviso, porque al pueblo no le gustan los discursos escritos. Parto de argumentos. Es cierto que llego tenso, pero la reacción del público estimula. Llego como alguien que se presenta a un examen. Cuando debo hablar acerca de la salud, por ejemplo, necesito memorizar las cifras. Se trata de grabar los índices de mortalidad infantil, y lo consigo pronto. Es más difícil cuando el problema está determinado por quince o más factores. Tengo que dominar el tema y ordenarlos. Hay gente que explica lo que no entiende. Yo, si no domino un tema, no trato de explicarlo.
–¿Está realizado en Cuba el proyecto social?
–Sí, en lo esencial.
–¿Es éste el modelo cubano?
–Hay mucho de cubano. El sistema electoral es todo cubano. Cada circunscripción, con diezmil electores, elige a su delegado al Poder Popular. Votan los vecinos. Y son ellos quienes proponen un nombre para delegado. Sugieren un máximo de ocho nombres y un mínimo de dos. El Partido no se mete en eso. Quedan elegidos los que obtienen más del 50%. Esos delegados conforman la Asamblea Municipal y eligen el poder ejecutivo municipal. Después se reúnen las comisiones, integradas por el Partido y por las organizaciones de masas, para elegir los delegados de la provincia y los 500 diputados de la Asamblea Nacional. Más de la mitad de los cuales sale de la base. Cada tres meses se reúnen los vecinos con el delegado de la circunscripción para evaluar su trabajo. E incluso pueden quitarlo. Este sistema donde la población propone los candidatos que integrarán la mitad de la Asamblea Nacional es la democracia de abajo hacia arriba. No es como pasa con los políticos burgueses quienes, después de elegidos, pasan cuatro años sin presentar cuentas y sin que puedan exigirles nada. El Poder Popular nombra al responsable de la salud en la provincia pero, para evitar choques, se consulta antes al Ministerio. Es una forma de evitar tensiones entre el Poder Popular y el poder central.
El diálogo entre Fidel y Joelmir fue reproducido en forma de entrevista en todos los diarios brasileños para los que trabajaba Joelmir en aquella época y, en agosto de 1985, fue editado en un libro por la editorial Brasiliense con el título de Los intereses subversivos.

Frei Betto
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